Los problemas con su mamá eran cada vez menos, le gustaba que ya puedan mantener una conversación, sin tener que escuchar un reclamo sobre Valentín.
Su papá seguía enojado, puesto a que casi se lleva la nariz fracturada, gracias a el pequeño incidente que tuvo con Oliva.
Y con Valen era algo raro, a veces se comportaban como pareja; como también de a ratos, Valentín se perdía en su propio mundo. Sabía que era algo normal, y que estaba transitando algo muy difícil al dejar las drogas por completo.
No iba mentir que de vez en cuando, dejaba que fume algún porrito. No es como que este le afectara, pero tampoco quería que lo consuma tan seguido.
Para él, eso también era parte del proceso.
No habían hablado de formalidades, y así estaban bien.
Valentín solía pensar que Dani había perdido el interés, mientras este trataba de tocar lo menos posible el tema. Quería darle comodidad.
Habían enganchado a Mauro apretándose a Paulito, en el salón de música. Todos estaban sorprendidos, menos Valentín; el cual soltó un simple "Viste que no era tanto drama, gordo gil. Ahora que todos se enteraron de tu secretito, a ver si me dejas de odiar un toque.".
Y sorprendentemente, incluso para Mauro. Paulo le dijo que tenía razón, y que si no se empezaban a llevar bien, se iba a buscar otro novio.
Otra sorpresa.
Mateo y Manuel estaban en la suya.
El primero había logrado descubrir que sí le gustaba a Manuel, así que se le declaró. No había nada formalizado, pero se querían mucho.
Los únicos estancados eran ellos, y a Valentín ya le comenzaba a irritar.
Sí, todo al revés.
Se dió cuenta que iba a estar muy mal, cuando Dani le dijo que se iba de vacaciones. Le ofreció llevarlo, pero no tenía un mango.
Sabía que era una situación bastante pelotuda, pero dejar la falopa era algo re complicado para alguien que está metido desde chico.
No podía controlarse. Su único sostén era Daniel, y no lo veía hace un mes.
No quería, pero cada vez se le hacía más difícil.
— ¿Podes salir un rato, Valentín? O ventilar un poco esta pieza, hay una tremenda acumulación de olor a culo. — Intentó su mamá.
Otra vez.
— No me rompas los huevos, má. —
— Bueno, pero báñate por lo menos. Hace tres días que estás ahí tirado, yo le voy a contar a Dani. —
Y como si esa fuera la palabra mágica, abrió grande los ojos. Le llegaba a contar a Daniel, y no lo tocaba ni con un palo.
No era sucio, pero lo extrañaba demasiado como para pensar en otra cosa. Sí, eso.
Se levantó rápido, y se puso a limpiar todo. Reorganizando lo que estaba tirado, encontró una bolsita negra. No hacía falta que se fije que era, porque la conocía muy bien.
Iba a volver a lo mismo, pero le era inevitable no desearlo. Como a Daniel.
Él también era una adición, y ya no sabía a cual extrañaba más.
Se le hacía casi irónica la situación, ¿Desde cuándo era él el que necesitaba de Daniel? No lo sabía con exactitud, pero su teoría era que desde el primer beso.
No podía vivir sin esa boquita.
Su teléfono vibró, justo cuando estaba a punto de abrir la bolsa.
— Hola Val, ¿Cómo estás?.
— Amor, bien ¿Vos?.
— Bien, te extraño. Seguramente no vuelva hasta la semana que viene, ¿Qué andabas haciendo?.
Se sentía expuesto, como si tuviera una cámara en su pieza, y Dani estaría enterado de todo. Culpable y asustado, así es como estaba.
— Por drogarme.
— ¿Vos me estás jodiendo? Yo te voy a cagar a patadas, Valentín. Mira como sabía que no habías tirado todo, te voy a castrar pendejo de mierda. Encima tu mamá me contó que no te andabas bañando. ¿Te pensas qué no sé? Hasta piojos deben tener los pelos de tu culo.
— Te prometo que me bañé hace rato. — Murmuró.
— Mirá como mis presentimientos no se equivocan, que sabía que íbamos a pelear. Voy a volver antes, no me mandes mensajes. — Cortó.
Suspiró, y se dispuso a tirar la bolsa por la ventana.
Se había comido una linda cagada a pedos; pero sabía que si quería hacer las cosas bien con Dani, tenía que ser sincero.
Se tiró un poco más del pelo, y se acostó. Estaba temblando, conocía bien la sensación.
Abstinencia.
No sabía por que le agarraba ahora; mientras que cuando la dejó con Dani, había sido bastante fácil de manejarla. Pero estando solo en su pieza, se le complicaba.
Se le hacía muy raro que con solo verla, quisiera consumir la bolsa entera.
Esperaba que con Dani, no sea así.
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ella metía relleno antes del final, y sí.
