#3 Desde tu consultorio a ti...

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Hola, buen día o como sea, quiero comenzar esta nota con un lo siento, tantas personas intentaron hacer lo mismo que tu con el mismo título y función, y solo tu llegaste a mi...Dios, cuánto lo lamento...

Recuerdo que no tenía ganas de entrar a aquel consultorio, el olor de manzana con canela de alguna forma era lo que me detenía de hacer una estupidez, iba de la mano de mi padre, no era pequeña, pero aun así, era lo único a lo que aún me podía aferrar.

Después de un ataque de valentía decidó entrar sola (en realidad me sentía incapaz de hablar todo con mi papá allí) y al cerrar la puerta a mis espaldas me siento atrapada una vez más, en las garras suyas, de un terapeuta cualquiera que quería tener mi caso para jactarse de lo extraño de este.

Me senté y fije mi mirada en mis manos, tan llenas de rasguños y raspones pero tan frágiles y pequeñas que incluso me daba vergüenza conmigo misma. Las primeras preguntas las respondí sin mirar, perdón, no tenía interés en mirar a sus ojos.

La primera vez que llama mi nombre de alguna forma sentí que había sido distinto de las veces anteriores, era suave y sencilla, sin rastro de pena o duda (Puede que fuera esa sencillez suya la que me hizo reaccionar como lo hice).

Llega la asquerosa petición "describe cómo te sientes cuando eso ocurre" Perdí el aire y mis ojos se llenaron de lágrimas. Si, era de las primeras veces que había pasado y era algo que aún me aterrorizaba decir...Intenté explicarlo sin querer parecer una demente (Aunque en realidad, usted era el terapeuta que definiría eso) Y al terminar con el corazón en mi mano te dirijo la mirada y con una simple sonrisa me dices "gracias por confiar en mí, pocos lo hacen a la primera".

¿Fue algo malo?, pensé de inmediato

Esa sesión acaba pronto y al salir veo que llama a mi padre en privado, hasta ese entonces no conocía la preciada herencia psicológica que tenía tras mía y que para mi mala lotería, ahora también sería mía...

Volví, no sé porqué y en realidad agradezco su tranquilidad al recibirme,sin darme cuenta en esas sesiones hablé con tranquilidad de mi vida y mis pensares, mis razones para hacer lo que hago y de alguna forma me ayudaste a reflexionar sobre lo que vivo en mi presente...

Puede que tu seas el único que en realidad pudo llegar a ayudarme y por eso, por intentarlo...gracias.

Llega un día en el que vi tu mirada triste y esa sensación de miedo me revolcó el estómago, si...una vez más, había hablado de más...Y esta vez tu eras el 'afectado'.

Una vez más, el mundo me había recordado que yo no controlo las cosas y que para bien o mal, yo si afectó la vida de los demás, no debí, !Sabía que no debía aferrarme tanto a una maldita persona ejerciendo su profesión!, ese día, dejaste esa profesión que con el tiempo también se había convertido en una tortura para ti.

Me pregunto mientras escribo esto, ¿Ahora eres feliz? ¿Haces eso que en algún momento me contaste, amabas hacer? ¿Lograste pedirle matrimonio a tu aquel entonces novia? Espero que sí, porque personas como tu, merecen más que eso...

A veces me arrepiento de haber creado ese espacio fuera de un consultorio con olor a manzana con canela, un poco egoísta de mi parte, lo sé...Luego, cuando me detengo a pensarlo me siento bien, de ser la persona que "abrió tus ojos a un mundo real" a mi corta edad.

Si quisieras saberlo, no volví a ningún terapeuta, porque estoy segura de que nadie lo entendería tan bien como tu lo hiciste y porque también me enseñaste que esa guerra sólo podría ser cerrada por mi...para la desgracia de todos...

Así que A, dijiste que si algún día me sentía sin salida recurriera a la escritura, ¿no es así? Volvió a ocurrir, sin precedentes y con un fin muy lejano, pero es algo que los dos sabíamos que pasaría...esta vez uso esa "maravillosa escritura" que solías llamar para narrar mi historia detrás de esto y para agradecerte, de no ser por ti,no habría autora ni persona delante de este teclado, no habría chica ansioso-depresiva con aires de arraigo por vivir en su asqueroso y putrefacto mundo...

Gracias por ser la primera persona que entró en mi caja y ayudó a decorarla. Perdón por cambiar el mundo como lo percibías pero ante todo, te brindo mis mejores deseos para esa vida que decidiste volver a empezar...

Porque tu fuiste la vida de muchos pacientes, era momento de vivir la tuya...

Desde tu consultorio con olor a manzana y canela a ti...Catherine. 

A ti, que no sabes que existo...Where stories live. Discover now