Me Parece Perfecto | Dipbill

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Está noche escapé por la ventana, lo único que traía encima era una mochila con ropa que me acababan de regalar por mi cumpleaños.

No tenía ni idea de porque lo hice, tal vez solo quería ver un rato a Dipper, o tal vez quería saber la verdad, que me mantenía inquieto desde hace mucho tiempo.

No dije quién era yo, yo soy Bill Cipher, tengo diecisiete años, y me enamore de un compañero de clase, si, lo hice, ese chico es lindo y listo, pero parece que me detesta.
Lo conocí en el jardín de niños, él me empujó mientras jugaba en el columpio, pensé que era un poco extraño, ya que a pesar de que le pedí que dejara de hacerlo él no se detuvo, en aquel momento no me encontraba muy contento... Pues mi hermano se había ido de casa.

Iba a enojarme con él, pero no lo hice, pues la brisa y la sensación de volar me dieron tranquilidad.

Así nos conocimos, conversábamos entre nosotros, los demás solían molestarnos cuando nos veían, pero mientras estábamos nosotros dos, solos, todo parecía más alegre.

Hasta que llegamos a secundaria y todo se fue a la basura, empezó a evitarme, me ignoraba, e incluso me trataba mal, al principio casi no se notaba, pero con el paso del tiempo empezó a verse la distancia, nunca entendí el porqué...

Cuando entramos a preparatoria, ya no hablábamos, aunque yo era un idiota y seguía intentándolo, no me rendí, al contrario, en vez de intentar ser su amigo, trate de acercarme a él de otra forma.

Yo soy listo, incluso más que él, y ambos lo sabíamos, pero siempre lo deje ganar, porque me gustaba.

Me sentía solo, así que trate de hacer amigos, y empeoró de mala manera, parece que le frustraba verme feliz con alguien más, por tonto que suene pensé que sentía lo mismo por mí, que gran error.

Solo me ilusioné, y por eso voy a su casa.

Si lo que publicaron es verdad, si él realmente se acostará con esa chica... Entonces ya no seguiré molestando, me rendiré de una vez por todas, no volveremos a ser nada, pero si no lo hace, y hablo con él, acerca de la verdad, tal vez lo intente de nuevo, no lo sé, depende de su respuesta.

Toque levemente su ventana, y la abrí, entre a su habitación, él no se encontraba ahí, baje por las escaleras lentamente, asomando mi cabeza, todos estaban abajo.

No lograba distinguir ninguna voz femenina que no fuera de la señora Pines. Di un leve suspiro para volver al cuarto del Pino. Decidí esperar por él acostado en su cama, y caí dormido, cuando entre a su cuarto de seguro se llevará una sorpresa, pero al menos podré preguntarle la verdad.