|第十二|¹²

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Jungkook se alejó con fuerza de los labios de aquella criatura y sintió sus ojos llorosos, lo miraba con asco y estaba aterrado por el sentimiento que lo había inundado en aquel breve contacto. ¿Qué había sido aquello? No lo supo, no quería saberlo. Su estómago se revolvió al ver la sonrisa del contrario crecer y escuchar su fría y cínica risa resonar por todo el lago.

—¿Un simple beso te ha congelado, mi pequeña perla? —Kim se alejó del chico disfando el agua de la torrencial lluvia mojar su piel helada, su cabello se pegaba a su frente.— Te lo he dicho, ahora te queda acatar mis órdenes al pie de la letra si no quieres que tu aldea quede masacrada por mi, si te he traído a la vida, ¿Crees que no podre arrastrar a todos ellos hacia muerte? Piensa bien tus palabras, no tienes escapatoria. Eres solo un ser que vive hasta que su alma vuelva a sentirse útil. Un títere de los seres más lúgubres de la noche, como aquella parca estancada en un profundo lago, eres mío.

—Tiene razón. Mi cuerpo es suyo, mis actos serán ordenados por usted y mi odio igual. —mordió su lengua furioso, ¿Existiría alguna manera de matar a aquel ser? Desterrarlo de aquellas tierras, alejarlo de su aldea. ¿Sería posible? No lo sabía, joder, por ahora debía ser obediente.— ¿Qué quiere hacer conmigo?

—Vaya, esta si es una actitud encantadora, tan servicial. Ya llegó tu momento, verás mi querido Jeon, tendrás que matar a los aldeanos que se acercan a paso lento desde el bosque. Los he sentido desde que colocaron un pie en mis tierras, supongo que por un descuido tuyo te han visto, posiblemente vengan por ti.—soltó una risa mientras sus tentáculos acariciaban el rostro del joven quien parecía una estatua, había aguantado la respiración al oír aquello. ¿Matar? ¿Él matando a personas de su aldea? No.— Tus ojos siguen siendo igual de claros para leer, lo harás. Luego de eso me alimentaras con sus carnes, hay algunas dulces otras algo amargas. Te enseñaré a diferenciarlas para cuando te toque cazar por mi.

No pudo evitarlo, aunque su corazón no funcionara, el resto de su cuerpo sí, vomitó en medio del lago logrando que Taehyung lo observara fascinado uno de sus tentáculos limpió los pálidos labios del menor, ignoró los jugos gástricos que flotaban junto a ellos.

Ese chico tenía un noble corazón, se parecía tanto a su Jimin, ah, como olvidarlo.¿Cómo olvidar aquellos carnosos labios y ojos de cachorrito?¿Cómo olvidar aquel primer pecado que lo sumergió en un mundo tan turbio y desequilibrado? Aquel joven que lo había seducido a probar sus carnes, su hijo, su pequeño Kim Jimin.

—No creo poder hacerlo. Nunca he matado a nadie, no creo poder matar a alguien de la aldea, no puedo hacer eso.—susurró aterrado, su mente lo torturaba recordándole cada uno de los rostros de sus amigos y cada persona que conocía. No podía, su corazón no podría con aquello, una idea que le quemó el pecho lo hizo dudar y fruncir su ceño. Aquella mirada con un brillo de maldad hizo que Taehyung se acercara a verla.— ¿Puedes matarlo? Al líder de la aldea, quiero verlo muerto.

—¿Matar al líder de tu patética aldea?Mi perla tiembla como un venado aterrado ante la mención de matar a alguien pero quieres que mate a a quien que te ha vendido, usado como una moneda en un sucio trato y arrojado a mi.¿Cierto?—Kim soltó una gran carcajada que fue acompañada por un gran tronar en el cielo, la lluvia era fatal, igual que la niebla que los rodeaba. Un escalofrío atacó a Jeon.— Puedes matarlo tú mismo, si matas a esas personas que vienen hacia nosotros a perturbar nuestra convivencia, te dejaré ir a matarlo. Podrás ver con tus propios ojos lo hermoso que es arrebatar una vida.

Jungkook respiró superficialmente, dejando que la lluvia lo empapara y cerró sus ojos pensando. Se sentía culpable por siquiera pensar en aquello, dios, ya había intentando huir y no pudo lograrlo. Tendría que conformarse con eso, esperaba de corazón que sus amigos lo perdonarán.

Esperaba que lo entendieran, que no era su decisión, que solo eran crueles órdenes que debía acatar si quería llevar acabo su venganza. Dejó fluir sus lágrimas al sentir nuevamente los tentaculos acariciar cuerpo sin vergüenza alguna, algunos incluso se adentraba por su túnica blanca.

— Anda, están a unos metros. Solo tienes que apretar fuertemente sus cráneos con tu mano derecha y arrebataras sus almas de sus frágiles cuerpos, pelearán muy fuerte para defenderse, aunque creciste con ellos, ya deberías saberlo. —Kim susurró tomando con sus manos acaramelados el rostro algo helado del  joven y se acercó besandolo nuevamente, sonrió al sentir un liquido negruzco subir por su garganta y entrar con fuerza a la de Jeon quien se alejó tosiendo el líquido.— No lo escupas, es mi sangre. Te van a herir y mi sangre hará que resistas, sabes que si intentas huir las sombras volverán por ti, se un buen niño Jungkook.

El nombrado limpió la comisura de sus labios y sintió la piel manchada de aquel liquido quemarle como fuego, su interior empezó a calentarse y lo miro preocupado. Asintió con dolor mientras se daba la vuelta, nadó por el lago hasta que sus pies tocaron la suave arena.

Miró hacia el frente la neblina y la lluvia hacían difícil ver a través del bosque pero ahora podía oír mucho mejor y su olfato estaba extraño, olía algo diferente. Algo que lo confundió.

Olía dulce.

Olía dulce

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触手 ᵀᵉⁿᵗᵃᶜˡᵉˢ[Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora