03: "He will"

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El sol le rozaba la piel en una ligera advertencia de despertar, sus sábanas lo arropaban hasta la cintura y tenía un cuerpo cálido contra el suyo. Seonghwa no podía estar más cómodo. Suspiró con suavidad y se arrimó más a aquel cuerpo que emanaba calor, envolvió sus brazos a su alrededor y recostó la cabeza en el hombro ajeno. El alfa sonrió para sí cuando unas caricias se repartieron en su cabeza, las manos recogían sus cabellos con cuidado, enrollándolos en sus dedos, y después los soltaban para repetir el mismo proceso. Amaba que le acariciaran así. Su lobo aulló regocijado.

—Es un gatito mimado, hyung —No iba a discutirle. Era la verdad—, debemos levantarnos. Ya son las nueve.

«No» quizo gruñir.

Si gruñó. Apretó aún más el cuerpo del chico contra sí, y aspiró su leve aroma, no era algo en particular, nada que pudiese reconocerse por ahí, era sencillamente su esencia, y por muy escasa que esta fuese, le encantaba. De mala gana, abrió los ojos. La sonrisa con hoyuelos del beta lo recibió, no pudo evitar ronronear de gusto cuando apartó algunos mechones rebeldes de su frente, y se inclinó lentamente para frotar su mejilla contra la suya. Un calor se instaló en su pecho ante la muestra de contacto.

—¿Dónde está Wooyoung? —quiso saber una vez que el chico rehuyó de su agarre y se bajó de la cama antes de que pudiese agarrarlo de nuevo.

Recordaba que se coló a la habitación en busca de mimos a mitad de la noche, como era ya costumbre.

—Se fue hace rato, no quería despertarlo, tenía práctica —respondió recogiendo sus largos cabellos en una coleta corta, Seonghwa pensó que la idea de teñirse un mechón de blanco no había resultado mal, hiciese lo que se hiciese, San siempre iba a verse atractivo—, voy a darme una ducha, hyung, ¿nos vamos juntos hoy?

—Mis clases no empiezan hasta las cuatro, voy a recoger unas cosas por aquí —respondió negando, el chico asintió y, después de dedicarle una cálida sonrisa, de esas que le parecían adorables, se adentró en el baño.

El alfa soltó un largo bostezo y se estiró hasta que sus huesos crujieron, se sentía particularmente cansado y no sabía el motivo. Dio un salto para levantarse y buscó sus zapatillas debajo de la cama. No quería interrumpir a San—o más bien tentarse al ver su cuerpo desnudo—, por lo que salió al baño del pasillo, ese que casi nadie usaba en realidad. Haría la cama luego, se prometió.

Encendió la luz y rebuscó en los cajones algún cepillo de dientes nuevo, al ver su reflejo en el espejo del lavamanos reparó en lo rápido que su cabello había crecido, incluso tenía pequeñas ondas que alcanzaban a cubrir sus ojos. Después de cepillarse y lavar su rostro, pasó una mano húmeda por sus hebras y trató en lo posible de que no arruinaran su campo de visión echándolas hacia atrás.

Salió del baño—no sin antes dejarlo completamente organizado–, y se dispuso a bajar las escaleras. Podía oler la comida en las estancias más bajas de la casa, pero un aroma mucho más fuerte detuvo su acción.

El cuarto de Yeosang.

«Joder»

La puerta ya estaba abierta, una oleada de feromonas lo golpeó en el rostro tan fuerte que lo sintió como una cachetada. Olía tan bien que quiso aullar, esa esencia avainillada bañaba el lugar como un perfume, su cama estaba hecha y pulcra, no se podía decir lo mismo de la de su compañero, Wooyoung era un desastre. Pero ninguno se encontraba ahí. Su estómago se revolvió al recordar el día de ayer. Yeosang se había negado a salir de su cuarto en todo el día, ni para comer ni tomar supresores. Su cara entristecida no dejaba de aparecer en su mente, casi no pudo pegar un ojo en toda la noche al imaginar lo mal que se estaría sintiendo el omega. Pero decidieron no forzarlo.

Byeol 《Omegaverse》《ATEEZxATEEZ》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora