—Bello —le dijo el monstruo—,
¿permitirías que te mirase mientras
comes?—Tú eres el dueño de esta casa —
respondió el Bello Jimin, temblando.—No —dijo la Bestia—, no hay
aquí otro dueño que tú. Si te molestara no tendrías más que pedirme que me fuese, y me marcharía enseguida. Pero
dime: ¿no es cierto que me encuentras muy feo?—Así es —dijo Jimin—, pues no
sé mentir; pero en cambio creo que eres muy bueno.—Tienes razón —dijo el monstruo
—, aun cuando yo no pueda juzgar mi
fealdad, pues no soy más que una bestia.—No se es una bestia —respondió
Jimin el Bello— cuando uno admite que es incapaz de juzgar sobre algo. Los necios no lo admitirían.—Come, pues —le dijo el monstruo
—, y trata de pasarlo bien en tu casa,
que todo cuanto hay aquí te pertenece, y me apenaría mucho que no estuvieses contento.—Eres muy bondadoso —respondió
Jimin—. Te aseguro que tu buen
corazón me hace feliz. Cuando pienso en ello no me pareces tan feo.—¡Oh, señor —dijo la Bestia—,
tengo un buen corazón, pero no soy más que una bestia!—Hay muchos hombres más
bestiales que tú —dijo el Bello Jimin—, no eres solo una bestia de seguro tienes un nombre, yo tampoco soy solo Bello, soy Jimin, y mejor te quiero con tu figura, que a otros que tienen figura de hombre y un corazón
corrupto, ingrato, burlón y falso.Jimin, que ya apenas le tenía
miedo, comió con buen apetito; pero
creyó morirse de pavor cuando el
monstruo le dijo:—Jimin, Bello, ¿querrías ser mi esposo? — calló durante un momento — Mi nombre es Jungkook, pero como ya dije, solo soy la Bestia.
Largo rato permaneció él muchacho
sin responderle, ya que temía despertar su cólera si rehusaba, y por último le dijo, estremeciéndose:—No, Bestia.
Quiso suspirar al oírl el pobre
monstruo, quien tuvo incluso esperanza de que dijera su nombre, pero de su pecho no salió más que un silbido tan espantoso, que hizo
retemblar el palacio entero; sin
embargo, el Bello Jimin se tranquilizó enseguida, pues la Bestia, quien ahora ya tenía un nombre, uno que sí era bello, Jungkook, le dijo
tristemente:—Adiós, entonces, Bello...Jimin —y salió de la sala volviéndose varias veces a mirarlo por última vez. Al quedarse solo, el Bello Jimin sintió una gran compasión por esta pobre Bestia.
«¡Ah, qué pena», se dijo, «que siendo
tan bueno, sea tan feo, incluso con un nombre tan hermoso!» «Debería llamarlo por su nombre ahora, en manera de agradecimiento por todo esto».El palacio estaba lleno de galerías,
salas y habitaciones conteniendo las más bellas obras de arte. En una habitación había una jaula con pájaros exóticos y no lejos de ella, el Bello Jimin encontró una tropa de monos de todos los tamaños que avanzaban hacia él haciéndole
grandes reverencias. Al Bello le
gustaron tanto que pidió quedarse con unos cuantos para hacerle compañía.Instantáneamente, dos monitos jóvenes y altos vestidos con trajes elegantes de la corte, avanzaron y se colocaron, con gran ceremonia, junto a él. Y dos monitos pequeños y espabilados iban por detrás de él. Desde ese momento, los monos siempre lo esperaban y atendían con el esmero que los oficiales reales
dan a los reyes.
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The beautiful and the beast [Kookmin Adaptación]
Fantasy[Adaptación del famoso cuento "La Bella y la Bestia" de la versión escrita por Jeanne Marie Leprince De Beaumont, le cambié varias cosas para que sea lo más apegado al shipp posible]