Capítulo 5 - Dani

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Punto de vista de Daniela.

Me quedé fría, el había usado las mismas palabras que yo.

— ¿Esperas que te obedezca? — Me tragué la vergüenza y me quedé ahí parada frente a él — ¿Eres tonto tío? ¿Cómo vas a dar por hecho que morirás sin dar la más mínima batalla? ¿Ander, que coño te pasa?

Y entonces la puerta del baño se abrió.

— Lo siento, esperaré afuera — Dijo Polo, incómodo —

— Chao, cuidate mucho — Me acerqué a él y lo abracé —

Luego se despidió chocando puños con Ander y nos dejó solos.

— Tienes que luchar y recibir ese tratamiento — Le dije y las lágrimas volvían a nublarme la vista — No te vas a morir Ander, no...

— ¡Que si joder! — Gritó demasiado alto, eso me hizo asustar — Entiéndelo, que nada va bien, no está funcionando la quimio, me voy a morir joder! — Me tomó de las mejillas y me acercó a su cara — Me voy a morir

Yo solo lo miraba con los ojos bien abiertos y llenos de lágrimas. Con fuerza quité sus manos de mis mejillas y salí de ahí rápido, tomé mi auto y conduje tan rápido como el motor de mi carro me lo permitiera.

Su resignación me daba ira.

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Mayo 20, 2020.

Había pasado otro aburrido día en Las Encinas pero hoy tendría que estar bien animada, pues por fin había tenido valentía de hacer lo que había estado pensando durante las últimas semanas.

Llegué a casa junto a Carla, me tomé un jugo y luego me di un baño y me vestí. Cuando estuve lista tomé mi carro y emprendí mi camino, me tomo unos cuarenta minutos llegar, por la ubicación de mi casa a las afueras de la ciudad.

Al estar frente a él gran edificio suspiré y empecé a subir los escalones, me identifiqué y me dejaron pasar. No tenía ni idea de a donde debía ir así que me acerqué a una enfermera.

— Buenas, una pregunta guapa, ¿el piso de quimioterapia? — Pregunté —

— Es el piso 30 ¿eres nueva? — Preguntó curiosa —

— No, he venido a visitar a un amigo — Dije con una sonrisa —

Ella asintió y yo tomé el ascensor hacia el piso treinta, cuando estuve ahí era nada lo que hubiera imaginado, creí que habrían camillas pero no, eran sillas acolchadas y listo, un salón muy grande, con grandes ventanales y todos sus muebles en blanco.

Caminé buscando el rostro de él, pero no lo veía hasta que vi a su madre hablando en recepción y me acerqué a ella.

— Asusena! — Exclamé como si hubiese visto un ángel —

— Dani, cariño ¿que haces aquí? — Preguntó con asombro —

— He venido a ver a Ander, creí que no lo encontraría, pues me había dicho que no iba a seguir en esto pero veo que si — Dije con una sonrisa —

— Lo mismo me había dicho, pero luego me dijo que lo retomaria, fue una noche después que las madres de Polo pasaron por el a casa, había otra persona con Ander pero no pude ver bien quien era —

Era yo, y estaba increíblemente feliz de que lo había convencido.

— Pues... ¿Donde está? — Pregunté ahora con una sonrisa muy grande —

— Al fondo, en la penúltima silla — Dijo y me sentí tonta al no haberlo visto antes —

Caminé con las piernas hechas una gelatina hacia el y cuando estuve a menos de un metro de su puesto el quitó su vista de su teléfono y me miró, yo solté un gran suspiro.

— Hola — Dije jugando con mis dedos mientras intentaba no morirme de nervios —

— ¿Que haces aquí? — Preguntó, como siempre serio —

— He venido a hacerte compañía durante tres horas hasta que no sintamos el trasero, ¿aceptas? —

Y después de mucho tiempo... Me sonrió.

— Eso lo tomaré como un "si" — Dije y por fin pude respirar —

Me senté a su lado en una pequeña silla que había junto a él.

— ¿Que haces para no aburrirte? — Pregunté intentando abrir una conversación —

— Ver cualquier estupidez en Internet — Dijo con una sonrisa —

— Wow, que interesante — Dije sarcásticamente —

— Venga, que tu ves tus novelas cursi y nadie te dice nada — Bromeó, pero dijo la verdad —

— Ok, lo acepto — Dije torciendo los ojos — Pero bueno, cambiando el tema, creo que debo hacer algo —

Busqué en mi cartera y lo encontré, el brillante anillo de diamantes.

— No voy a romper mi promesa — Dije y con miedo tomé su mano —

Sentí una corriente pasar por mi cuerpo al hacer eso, pero me alegró ver que no había alejado su mano, entonces puse el anillo en su dedo corazón.

— Pues... — Dijo el buscando algo en el bolsillo de su sudadera — Yo tampoco —

Entonces tomó con cuidado mi mano e introdujo el anillo en la misma mano pero no el mismo dedo, el lo había puesto en el dedo anular y luego tomó su mano y puso el anillo en el mismo dedo. Yo estaba derritiendome.

(Este es el anillo de ambos)

— Quiero que sepas que voy a estar contigo hasta el final, siempre, y que me arrepiento de haberme alejado de ti, no sabes lo mal que la he pasado estos meses sin ti, ha sido

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— Quiero que sepas que voy a estar contigo hasta el final, siempre, y que me arrepiento de haberme alejado de ti, no sabes lo mal que la he pasado estos meses sin ti, ha sido... Horrible — Confesé —

— Pues espero que esta vez sí podamos ser más que amigos, porque he terminado con Omar y estoy loco por una pelinegra de ojos verdes, que estoy mirando disimuladamente... — Lo último lo dijo con sarcasmo mientras me miraba fijamente y sostenía mi mano —

— Que disimulo el tuyo — dije con una sonrisa —

— Tomó mi mano y se acercó a mi — Te amo —

Dijo dejándome fría. Y en ese momento empecé a analizar todo lo que sentía por Ander, cada que estaba cerca de él o pensaba en el y me di cuenta que coincidíamos.

— También te amo... Te amo mucho — Le dije mientras miraba fijamente sus hermosos ojos miel —

— Quisiera abrazarte ya, pero... — Lo interrumpí —

— Tenemos toda la noche para eso... — Dije con una sonrisa —

— ¿Te parece si cuando salgamos de aquí vamos a mi casa a ver películas? Como en los viejos tiempos... — Dijo el —

— Solo espero que realmente sea a ver películas — Dije haciendo un gesto de advertencia a lo que el soltó una gran carcajada. —

Joder, lo amaba con todo mi ser.




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