ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔡𝔬𝔰

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Tanto los adultos Park como los Choi se encerraron en el gran comedor, dispuestos a debatir y preparar todo para el ensayo de la boda de sus hijos.

Siwon curioso como un niño, caminó por el enorme salón apreciando a lo lejos un piano muy sólo y poco usado. Su tutor Lee Sungmin le había enseñado a tocar una que otra canción cuando era sólo un pequeño.

Su nostalgia le pudo y se acercó silenciosamente a la teclas, acariciándolas con cariño. Quizás, si se aventuraba, sólo un poquito, podría disfrutarlo.

Se sentó, revisando que nadie estuviera viendo su travesura, y tocó con cuidado algunas notas, siendo rápidamente envuelto por una hermosa canción. Sus dedos apasionados, disfrutando del sonar.

Vaya viejo aburrido pensó Stella al bajar de las escaleras y encontrarse frente a frente con su prometido. Ya, de entrada, le causaba rechazo lo joven que era. ¿Cómo podía casarse con un hombre que incluso era más "Delicado" que ella?

Siwon, tan ensimismado que estaba con la canción se aterró al ver la sombra de la chica en el suelo y saltó, tirando el banco al suelo y casi destrozando el pequeño florero.

Encima asustadizo, Stella había esperado a un mejor pretendiente. Sin duda alguna.

-Lo siento- Se disculpó el chico y Stella le brindó una de sus mejores falsas sonrisas.

-Tocas hermoso- Lo alabó, obviamente siendo mentira. A ella le importaba un bledo y medio que su prometido tocara el puto piano, su cara ya decía de lo tonto que era.

Ella era demasiado linda para ser desperdiciada de esa manera.

-Fue muy descortés de mi parte, cuánto lo siento- Volvió a disculparse Siwon, acomodando el banco de madera intentando evitar a toda costa el contacto visual.

¿Es maricón o qué? Sólo sabe disculparse.

Madre no me deja tocar el piano, dice que desborda pasiones- Susurró Stella , intentando sonar tan tímida y dulce como pudiera. Debía causar una buena impresión.

-Señorita Park ¿Dónde está su dama de compañía?- Inquirió Siwon, incómodo al estar a solas con la agraciada muchacha. Stella suspiró, cómo si compartir el mismo aire fuese tener sexo o así, ese chico no hacía nada más que lucir más ridículo.

-Tal vez, y en vista de las circunstancias, podrías llamarme Stella- Susurró ella, acercándose lentamente mientras lucía con disimulo su escote. Siwon aclaró su garganta, desviando la mirada.

Por alguna razón no le gustaban los escotes de mujeres.

-Si, supongo que tienes razón- Siwon rió con nerviosismo, realmente incómodo ante la cercanía de su prometida, y se aferró a su propia corbata- Es extraño, creo, mañana estaremos, uhm, ca...-

-Casados, sí- Stella estaba harta, ni 5 minutos con su futuro marido y sentía que le tiraría algo por la cabeza. Ella no toleraba ese tipo se hombres, si es que a Siwon se le podía llamar uno. Le gustaban imponentes, no nenitas musculosas y altas disfrazadas de varón.

-Sonrió- Sabes, desde niña he soñado con el día de mi boda, esperaba enamorarme profundamente de un hombre y pasar toda mi vida a su lado. Qué tontería ¿No?- Añadió, tomando asiento en el piano mientras lo miraba a los ojos.

-Si, algo tonto...¡No! ¡No quise decir eso!- Siwon, tan perdido había estado en la ilusión de un matrimonio perfecto que estuvo a punto de cagarla con su prometida. Asustado, se sentó a su lado tratando de sonar menos nervioso, más relajado, y en su torpeza tiró aquel jarrón, mojando parte del piano y arruinando las flores en el proceso.

Cadaver del novio - Sichul (Adaptación )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora