-¡Acérquense, acérquense todos!- Siwon estaba llamando bastante la atención, gritando desde encima del esqueleto de un caballo, sobre un pilar de piedra- Decidimos casarnos de la forma correcta. Así que traigan lo necesario y sígannos, haremos la celebración de la boda allà arriba- Gritó, señalando hacia donde debería estar el cielo.
-¿Arriba? ¡No sabía que había un segundo piso!- Chilló Leeteuk, el cocinero.
-¡Suena aterrador! ¡Vamos!- Festejó un niño, corriendo tras su hermana junto a todo el resto de cadáveres que ya se hallaban emocionados por tal festejo.
-La boda, la boda, ¡Tenemos una boda!- Gritaban los cadáveres y esqueletos llenos de dicha. Siwon bajó de la "estatua" dispuesto a seguirlos, mas una mano se apoyó en su hombro y lo detuvo.
-Espera, Siwon- Sungmin, el hombre que había sido su tutor y sastre en la más tierna infancia, estaba allí, sonriéndole- No puedes casarte luciendo así- Habló, señalando su traje con desaprobación.
Arañas, de todos los tamaños y colores bajaron asu alrededor, apoyándose en la ropa de Siwon quien estaba a punto de entrar en pánico. O tener una, "mini crisis de pánico" cómo solía decir Sungmin cuando lo hallaba liberando las mariposas de su padre.
-Las arañas tejen muy bien, un lindo traje has de tener, sabemos lo que hay que hacer, te dejaremos lindo, lindo, lindo, lindo ¡Claro que sí! - Cosquillas por todos lados, esas patitas flacas estaban cosiendo y reparando su traje, y su tutor cantaba guiándolas con una sonrisa- Una puntada y un doblés con cuidado y amor, nuestra tela te ayudará, ellas tienen mucha, puedes ver, garantizamos el trabajo personalmente - Algunas patinaban sobre su chaqueta, otras correteaban en su pantalón, pero Siwon veía avances en su ropa y se reservó los comentarios- Un poco aquí y se arreglará, lo haremos bien hasta el final, cuando todos te vean ¡Impactados quedarán!- Las arañas desaparecieron, dejando a Siwon impecable y a la vista de aún más muertos.
-¡Una boda! ¡Tendremos una boda!- Gritó Leeteuk, moviéndose por aquí y por allá en la cocina.
-El pastel hermoso quedará, le falta algo- Gruñó Kangin, probando la mezcla de la gran olla a sus pies.
-Ceniza- Murmuró Leeteuk, tirando un pote entero.
-No hay tiempo que perder
-Quizás yo algo pueda hacer-Habló un ayudante, girándose- Los huesos ayudarán- Añadió, levantando una pila de ellos, golpeando la cabeza de Kangin en el proceso.
-Ouch, mi cabeza- Se quejó el cadáver, intentando tomarla. Leeteuk la metió dentro de un, muy grande, cucharón, probando
-Esperen, ¡Mh, listo! ¡Voilà!- Gritó el chico, besando la frente de la cabeza decapitada antes de devolvérsela a su respectivo dueño.
-Un poco aquí- Canturró el ayudante.
-Un poco allá- Lo secundó Kangin.
-Este pastel no fallará- Graznó un cuervo.
-Una boda, una boda, ¡Tendremos una boda!- Festejó el cocinero.
-¡Ay va! ¡Ay va! Tendremos una boda, ¡Hurra! ¡Hurra!- Soldados en la plaza bailaban con alegría, saltando por aquí y por allá mientras su Capitán cantaba a la cabeza del grupo, gritando a viva voz- ¡Alcemos nuestras copas pues el novio se casará!-
-Segura una cosa es, a un lado nos tendrá. Defenderemos al novio siempre y hasta el final. Él será, él será, nuestro hermoso novio ¡Ay va! ¡Hurra! Hoy nuestro novio se casará- Cantaron todos a coro, abrazando a Siwon mientras se acercaban al edificio donde Heechul se estaba cambiando.