Siwon gritó, sacando su brazo del suelo, viendo que aquella rama que lo sostenía ahora lucía terroríficamente a una mano pálida y delgada.
Tiró, tiró y tiró, consiguiendo así soltarse pero cayendo de espaldas al suelo.Contempló con horror como la tierra se abría en dos, dejando salir lentamente a un ser pálido cual papel, luchando por ser libre al fin.
Se incorporó finalmente aquella figura a unos metros de él, y Siwon pudo apreciar a un joven pelinegro, con sus ojos blancos y traje del mismo color, observándolo.-Acepto- Susurró el chico, el cadáver, tendiéndole la mano con una siniestra sonrisa en los labios.
Siwon no lo dudó y girandose en la tierra antes de salir corriendo cual alma que persigue el diablo.
No se permitió mirar atrás, ni siquiera cuando cayó de cara al suelo y se arrastró entre las tumbas antes de seguir su huida.Definitivamente, los lagos congelados y árboles eran sus peores enemigos, su ojo morado, rodillas raspadas y ropa rasgada se lo indicaban.
Se detuvo en el puente de piedra respirando profundamente, en busca de aquel cadáver, mas no importaba hacia dónde mirara que no se veía por ninguna parte.
Respiró con calma, encaminándose hacia su casa, pero al momento de girarse se halló frente a frente con ese cuerpo viviente, provocando tal susto que cayó de espaldas golpeándose al cabeza con fuerza.Quedó inconsciente.
-Llegó uno nuevo- Gritó alguien, muy cerca suyo, pero Siwon no podía verlo porque aún tenía sus ojos cerrados
-Perdió el conocimiento ¿Estás bien?- Una mano, algo fría, lo tomó de la nuca y ayudó a incorporarse.
Siwon se sentó, abriendo sus ojos lentamente, observando a su alrededor.Definitivamente se había golpeado muy fuerte.
-¡El nuevo respira!- Volvió a gritar un tipo, un esqueleto en realidad, uno muy bien vestido.
-¿Tienes hermanos muertos?- Una señora, o cadáver, muy regordeta apareció, empujándolo.
-¡No está tieso!- Chilló un niño muy demacrado, sentándose encima suyo.
Cadáveres, esqueletos, apuñalados, con disparos, algunos incluso con sogas atadas al cuello o los brazos cortados, pies en bloques de cemento. Siwon estaba horrorizado, y eso era decir poco.
-¡Por los esposos!- Gritó alguien, y recién en ese momento Siwon reaccionó.
-¿Cómo que esposos?- Balbuceó, y sintió como su mano era tomada por aquel chico que lo había perseguido, mientras le sonreía
-En el bosque, tú dijiste los votos a la perfección- Explicó en un susurro, tan tímido y tierno, que algo extraño se removió dentro de Siwon.
-Oh dios- Susurró, apoyándose contra la barra en busca de algo para recuperar la compostura.
-¡Oh chico nuevo! ¡Bienvenido!- Un cadáver con el cabello chamuscado y el gorro de cocina totalmente arruinado apareció, sonriente.
-¡Has arruinado la sopa! ¡Idiota!- Un chico apareció detrás suyo, golpeándole la cabeza con fuerza, haciendo que esta volará a los pies de Siwon.
-Verás, yo soy la cabeza del grupo- Comentó risueño, sacándole algunas risas a sus compañeros- Te prepararemos el banquete, mi esposo será el que se hara cargo no te preocupes-
El chico que lo golpeó tomó la cabeza, poniéndola donde debía, dándole una de sus mejores sonrisas.
-Amo cocinar banquetes- Explicó, haciendo una leve reverencia antes de girarse y volver a la cocina, dejando ver un balazo en el lado derecho de su cabeza -¡No te acerques a la sopa de vuelta, Kangin!- Chilló, recibiendo un asentimiento por parte del otro cocinero.
Siwon no quería saber nada más de esa locura, el quería huir de allí. Corrió hacia la mesa de billar, agarrando a un niño que tenía una espada atravesada de lado a lado y lo empuñó cual arma, sintiéndose ridículo.
-¡Estoy cansado de esto! ¡Quiero preguntas, y ahora!- Ordenó, recibiendo miradas bastante confundidas como consecuencia. El chiquillo se aclaró la garganta.
-Respuestas ¿No?- Susurró el niño, y Siwon asintió, aclarandose la garganta.
-Si, gracias, ¡Quiero respuestas!- Volvió a gritar, ahora si consiguiendo verdadera atención- ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy?- Siwon observó al chico, cuya mirada algo decepcionada lo observaba silenciosamente- ¿Quién eres?-
-Y-Yo, es una larga historia- Susurró, avergonzado, tratando de mirar hacia otra parte.
-Y vaya qué historia, señores- Habló una grave voz, consiguiendo su atención- Un trágico relato de amor, pasión y dramática muerte, contada por su servidor,Lee Hyukjae- El hombre se acomodó su larga chaqueta, tomando de la mano a un ágil bailarín, quien lo tomó del brazo con una coqueta sonrisa - E interpretado por el mejor, el rey, mi bebé Donghae. ¡Música, maestro!-
-¡Esto se pondrá bueno!- Gritó el niño, consiguiendo así que Siwon finalmente lo soltara.
Esqueletos comenzaron a tocar con sus propios huesos, guitarras e incluso pianos improvisados, todos acompañando el ritmo de las luces de aquel lúgubre bar.
-¡Hey! háganme caso, te quiero decir, al menos a algunos que puedan oir, ¡Te tengo una historia que te hará llorar! De nuestro novio muerto algún tiempo atrás- Siwon se impresionó, y no sólo porque un cadáver estaba cantando, si no por la grácil manera de bailar de aquel bailarín a su lado. Parecían personas, humanos, las luces confundían el tono de su piel y Siwon se dejó llevar, observándolos.
-¡Si! ¡Si! ¡Tendrás que morir! Pero no te aflijas, no vas a sufrir. Puedes esconderte, o tratar de rezar, el final llegará ¡Nada puedes hacer!- No había ni un cuerpo en ese bar que no cantara a la par de aquel artista.
-Él era atractivo, y muy reconocido, Cuando un desconocido entró a su vida. Era bien parecido, diestro al hablar, y así fue como en sus brazos cayó sin pensar- Donghae saltó, siendo sostenido por el cantante, ambos sonriendo destellantes- Él no quiso hablar pues papá dijo no, y fue así que planearon escaparse los dos-
Siwon se giró, observando a aquel con el que supuestamente se había casado, y lo vio con la mirada gacha, sus brazos temblorosos y una débil sonrisa sobre su rostro.
Tanto el bailarín como el cantante se dejaron llevar por la música, Siwon podía asegurar que era tango, y finalmente Hyukjae volvió a cantar.
-Encontraron un plan para así escapar, nada se comentó del secreto o del plan. El traje de novio perteneció a papá, "si hay Amor en tu vida nada te faltará". Excepto algunas cosas, como dije recién, joyas de la familia y dinero también- Donghae se aferró al artista, jadeante por el cansancio, y Siwon se avergonzó ante la cercanía de ambos hombres. Era extraño, incorrecto, y tan íntimo- ¡Y cerca del panteón donde esta el viejo roble, una noche de niebla, 15 para las 3, él listo para irse pero! ¿Dónde estaba el otro?-
-¿Y entonces?- Gritaron todos.
-Esperó- Murmuró Hyukjae
-¿Y entonces?- Volvieron a gritar, enardecidos.
-¡Vio sombra! ¿Era su galán? Su corazón latió muy fuerte- El cantante se apegó a su bailarín, mirándolo a los ojos.
-¿Y entonces?- Susurró el bailarín.
-Entonces, cariño, todo se oscureció- Todo el bar quedó en penunmbras, antes de que un ataúd apareciera encima del escenario y ambos artistas salieran de él- Y entonces, muerto estaba ya, las joyas se habían ido al igual que su vida. Realizó una promesa, debajo del árbol, ¡Esperando a su amor que lo liberaría! ¡Aguardando por aquel que pidiera su mano!-
El novio salió del ataúd también, teniéndole la mano, con una tímida sonrisa en el rostro.
-¡Hasta que sin pensar apareció este muchacho! Él juró para siempre estar a su lado, y ¡Esa es la historia de nuestro novio!- Todos, no había nadie que no bailara y cantara a la par de los dos artistas y el otro cadáver.
Siwon no quería estar allí, todo debía ser un error. Escabulléndose entre la multitud, él corrió, viendo antes de salir la mirada angustiada de su "prometido" y a esos dos artistas, hombres, besándose apasionadamente.