ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔰𝔢𝔦𝔰

196 25 4
                                    

Al abrir los ojos, Siwon sonrió alegremente al ver finalmente el bosque donde todo había empezado.
Heechul caminó apenas unos pasos, para quedar así bajo los rayos de la luna.

-He pasado tanto tiempo en la oscuridad que ya me había olvidado de lo hermosa que es la luz de la luna- Heechul observó una pequeña mariposa blanca danzar a su alrededor, y no pudo con la emoción. Imitó sus movimientos, bailando entre los árboles, jugando con la nieve, disfrutando del frío de la noche.

Siwon, por unos segundos olvidó que tenía una prometida esperándolo en el pueblo y suspiró encantado ante la belleza de quien se suponía era su esposo.

Heechul se acercó a él, abrazándolo por el cuello antes de seguir bailando, con sus sonrisa de oreja a oreja, haciendo que sus narices se rozaran sólo de vez en cuando. Siwon no se dio cuenta en realidad cuando sus manos tomaron la cintura del chico y los dos comenzaron a danzar. Mariposas blancas, en más y más cantidad, los rodearon juguetonas, acompañándolos cual niñas al jugar.

-¿Les gusta bailar a tus padres?- Inquirió Heechul acariciando con sus gélidos dedos la nuca del vivo. Siwon regresó finalmente a tierra, angustiado de haberse olvidado de sus prioridades en un momento como ese. E, ignorando lo correcto que se sentía tener a Heechul entre sus brazos, se alejó sentándolo sobre una gran roca.

-Claro que sí pero, creo yo, que primero debería preparar a mis padres para la noticia. Iré a verlos y tú aguardarás aquí ¿Si?- Siwon estaba improvisando, tragándose la culpa al ver la inocencia en los ojos del otro chico.

-¡Perfecto!- Acordó Heechul, aplaudiendo tras ello.

-Espera aquí, vuelvo enseguida- Siwon lo rodeó, caminando lentamente sin quitarle la vista de encima.

-¡Está bien!- El novio mordió su labio inferior, observando los árboles con una gran sonrisa.

-Sin trampas- Fue lo último que dijo Siwon, provocando que Heechul riera divertido ante su insistencia, antes de salir corriendo tan rápido como pudiera hacia el pueblo.

Quizás debió elegir mejor, pero al primer lugar al que huyó fue a la casa de los Park, desesperado por arreglar el matrimonio.
Se detuvo frente a la gran puerta, acomodándose la corbata y mirándose en el reflejo de una de las ventanas, antes de pegar su oido a la madera.

-¡Si vuelvo a ver a alguno de los Choi, lo estrangularé con mis propias manos!- Ese era el señor Park, no cabía duda, y Siwon se tapó la boca por el horror

-Tus manos son muy grandes y su cuello muy gordo, una soga funcionará mejor- La señora Park eso seguro, y la puerta fue trabada desde adentro dejando al chico afuera, para su suerte.

Siwon pensó, y vio el balcón de Stella como opción. Quizás la amable chica le sería de ayuda.

-Soy la voz de tu conciencia, escucha lo que digo, ese chico me da muy mala espina- Una voz, muy cercana como para ser del pueblo, susurraba a Heechul cosas que él no quería considerar. Frunciendo el ceño se levantó, buscando con la mirada al dueño y no le sorprendió ver una cabellera castaña tras un árbol caído.

-¡Changmin! ¡Ve a comerle la cabeza a otro! - Gritó, cruzándose de brazos- Siwon fue a ver a sus padres, yo confío en él-

-Usa tu cerebro putrefacto por favor- Gruñó el otro chico, levantándose para acercarse a Heechul con una mueca de molestia muy obvia en sus labios.

-Debe haber una razón para que esté tardando tanto- Heechul no quería dejarse llevar por su amigo, por sus inseguridades, por tanto. Él confiaba en su esposo, en el hombre que algún día llegaría amarlo.

Porque lo haría ¿No?
Aunque fuera un hombre.

-No dudo que sea así, ¿Por qué no se lo preguntas?- Changmin lo abrazó por la espalda, susurrando, maliciosas palabras para herirlo y asustarlo. Changmin siempre había sido así, tan desconfiado.

-Lo haré- Heechul se removió, soltándose de los brazos de su inseguro amigo.

-De todos modos, no llegará lejos con los pies congelados- Susurró Changmin, desapareciendo entre los árboles tras las pisadas del fugitivo esposo.

Siwon mientras tanto, luchaba por subirse al balcón de su prometida.

Stella frunció el ceño cuando oyó algo tras su enorme ventanal y, dejando de lado un acolchado que ella se empeñaba en arreglar, se giró, hallándose a su prometido tras la ventana.

-Tiene que ser una puta broma- Murmuró, acercándose al balcón para finalmente abrir la puerta, dejando entrar al chico- ¡Siwon! Me alegra mucho verte, acércate al fuego- Expresó, con fingido alivio, llevándolos juntos a la chimenea.

Sus ojos se fijaron, como la solución a todos sus problemas, en el atizador de carbón que había a su lado.
Quizás, si lo hacía bien, podía apuñalarlo y decir que él había intentado...-¿Qué te pasó?- Inquirió, acercándose disimuladamente al trozo de fierro, enrojecido por el fuego.

-Ayúdame, ya no sé qué hacer- Rogó, tomándola de las manos mientras se acercaba más y más a su rostro, desesperado- Me he casado hoy, te juro que no fue planeado- Susurró, y entonces la puerta del ventanal se abrió dejando ver a Heechul.

Dios sus ojos. Esos tristes ojos.

-¿Ella es tu hermana?- Susurró, acercándose a Siwon algo confundido, o más que eso, temeroso.

-Soy su prometida, en realidad- Susurró Stella, alejándose de la lúgubre pareja-¿Siwon? ¿Qué es esto?- Inquirió, tomando el atizador tras su espalda.

-No, escúchame, mira- El chico tomó el rostro de Heechul y le mostró a la chica sus heridas, su piel pálida- Es un cadáver, es un hombre, está muerto-

Stella abrió la boca, dejando escapar un jadeo tembloroso antes de empujar a Siwon y alejarse, clavando su vista en el suelo.

Es un hombre.
Está muerto.

-Infernáculo- Balbuceó Heechul tapándose el rostro, antes de que tanto Siwon como Heechul se desvanecieran en una nube de humo puramente negra.

Cadaver del novio - Sichul (Adaptación )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora