Capítulo II

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Al llegar a la casa, le pago al taxista y bajo del auto con la chica en mis brazos, al ver que no podía sola él decide ayudarme, entramos a mi casa, subimos las escaleras, abro la puerta de mi cuarto y nos adentramos a ella, coloco a la chica bajo las cobijas de mi cama, me aseguro de que ella este respirando aun, siento su respiración lenta y pausada, le doy las gracias al taxista y él sale de casa como si nada. Decido hacer una llamada.

Suena el teléfono un par de veces hasta que me responden. - Bueno, hola... necesito un poco de ayuda.


- ¿Qué necesitas ahora, Mila?


- Necesito que vengas a mi casa, tú estudias medicina, así que podrías ayudarme.


- ¿Qué hiciste? ¿mataste a alguien?


- No, solo ven, te explico cuando llegues. - al otro lado de la línea solo colgaron, tengo la esperanza de que venga.

No puedo dejar de ver a la chica, su rostro me llama mucho la atención, despierta mi curiosidad, no sé qué paso con ella, pero voy a cuidarla, tengo esta extraña necesidad de que saber que ella estará bien, quiero que lo esté, básicamente es mi tesoro y quiero cuidarla como tal.

Tocan la puerta y bajo con rapidez, abro y sonrió el ver una pequeña persona del otro lado con un portafolio enorme para el tamaño de su cuerpo. - ¿Dónde está el muerto? - la pequeña sonríe.


- En el cuarto de arriba, en mi cama, ahí está el muerto. - la chica pone cara de horror.


- ¡Dios santo! ¿realmente tienes un muerto? ¿Qué se supone que haré con un muerto? ¡yo curo personas, no las revivo!


- Tranquila, no está muerta, sigue viva y por eso te necesito. - Le explico mientras la llevo a dentro y cierro la puerta.


Caminamos lentamente, la pequeña Ally se negaba a ir, pero con empujones se podía, además es demasiado pequeña que podría cargarla y llevarla hasta allá. Una vez que entramos a la habitación, la pequeña tiro su portafolio y empezó a rezar.

- Oye tranquila, no está muerta, solo inconsciente, ¿puedes revisar sus signos y todo eso? - le dije intentando tranquilizarla.


La pequeña rezó un poco más y se acercó a la chica con temor. - ¿Qué le hiciste a esta pobre mujer?


- Te aseguro que nada, solo la encontré tirada en una construcción, la traje a casa, pero no ha despertado y lleva demasiado tiempo así, ¿estará bien, doctor? - bromeo con la pequeña.

Ally toca su cuerpo, de su portafolio saco algunos instrumentos y comenzó a usarlos en el cuerpo de la chica, no sabía con exactitud lo que hacía.
- Al parecer solo sigue inconsciente, su ritmo cardiaco está muy bajo, tendrás que esperar un par de horas, para ver si sigue estable o necesitaremos llevarla a un hospital, no tengo lo suficiente aquí como para reanimarla en caso de que su corazón pare o algo así, te recomendaría que la lleves a un hospital.

-Claro... ¿Qué se supone que debo decir?


-Pues lo que paso.


- quieres que les diga la verdad, no me creerán.


- ¿Cómo la encontraste?


- Un viejo loco me dio un mapa y ahí venia la dirección, yo solo fui por ella.


- ¿tienes aun el mapa?


- si. - señale el mapa, Ally lo tomo, examino cada rincón del trozo de papel.


- Lamento decirte que aquí no hay nada. - toque mi cabeza, recordé que la dirección se había borrado cuando toque a la chica.


-La dirección desapareció cuando la encontré, fue algo raro, apareció y desapareció de la nada, debes creerme.


En ese preciso momento la chica comenzó a moverse de manera extraña, como si tuviera una pesadilla, me acerco para abrazarla, solo fue un instinto, cuando miro su rostro, ella abre los ojos, nuestras miradas se encuentran, ella comienza de derramar muchas lágrimas.


Golden GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora