AISLADO

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Estoy escribiendo desde la parte más oscura de mi habitación, o de mi corazón, no sé, igual no hay diferencia alguna, estoy escribiendo en una noche que es más triste que oscura, en este lugar tan sólo y vacío donde no llega ni la luz de la luna, en este lugar lleno de silencio donde ni la soledad me acompaña, donde lo único que me distrae es un abanico viejo que ya no cuenta con sus aspas, no sé cómo llegué a este punto y mucho menos sé cómo saldré, una parte de mí quiere creer que algún día estaré bien, pero otra parte mucho mayor ya hace tiempo que perdió esa fe, las personas me ven y dicen que soy un reflejo de la depresión, otros dicen que ven en mí un ser vivo sin corazón, estoy de acuerdo con lo segundo pero no así con lo primero, porque para llamarme vivo prefiero decir que estoy muerto, y no lo digo porque no quiera la vida o no me importe nada de ella, es que sólo me ha tocado vivir la parte triste que está llena de penas y problemas, quise ser un ser feliz de esos que le hacen bien a los demás, ahora esquivo a las personas porque si me ven de lo único que tendrán ganas es de llorar, créeme que es difícil estar en la posición donde me encuentro, estoy en esa fase de la vida en la cual si esperara un final feliz pues jamás se acabaría el cuento.


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