¡DIABLOS!

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La noche pasó, demasiado rápido para el gusto del rubio que despertó antes que todos, molesto se quitó el pie de Kaminari de encima

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La noche pasó, demasiado rápido para el gusto del rubio que despertó antes que todos, molesto se quitó el pie de Kaminari de encima. Era un caos dormir cerca de él o del pelomierda.

Por un momento dejó su mente dispersa viendo hacia el techo de madera de la cabaña. Sintió un calor extraño en sus mejillas al pensar en la sonrisa del peliverde, también sintió algo extraño en su estómago al recordarlo convertido en una chica, confuso colocó su mano sobre su vientre, un ruido y gruñido proveniente de su estómago lo sacó de sus pesamientos.

–Oh... Es hambre.

Se levantó para ir a la cocina del campamento.

Dispuesto a sentarse a comer su cereal, sus ojos carmín delinearon incrédulos la silueta de una somnolienta peliverde que entraba a la cocina, el clima templado de la mañana agregado a la simple camiseta que vestía le dieron al cenizo una vista panorámica de aquellos dos detalles que antes no poseía su amigo de la infancia.

La pecosa, sin un atisbo de vergüenza caminó por la cocina buscando leche y cereales, olvidando el detalle de aquella regla de oro de toda chica "no pasearse por todos lados sin sostén" perplejo el rubio no notó como sus cereales caían de nuevo a su tazón, escuchó una dulce y agradable voz perturbando aún más sus sentidos.

–Buen día Kacchan.

La pecosa distraída se sirvió un gran tazón de cereales, sin extrañarse de no obtener respuesta del rubio, pues nunca le devolvía el saludo.

No se dio cuenta de que Kacchan.exe había dejado de funcionar, desde que entró.

Pronto otras voces fueron audibles acercándose a la cocina, como si hubiera recibido un puñetazo directo a la conciencia, reaccionó y corrió hacia la pecosa, tomándola de la mano, sin decir nada la obligó a correr con él.

–¡¿Kacchan?!

Ya fuera de la cabaña del área común, el rubio volteó a ver a la peliverde que llevaba a rastras notando esos dos detalles rebotando a cada paso <Mieeeeeeeeerda>

Como si el tacto con ella quemara la soltó de inmediato.

–¡DIABLOS! ¡¿QUÉ TIENES EN LA CABEZA?!

–¿Ah? ¿A qué te refieres Kacchan?

Sonrojado se quitó el sudadero y se lo puso a la pecosa.

–Pedazo de tont... ¡Tonta!

<Tonta... ¡Maldición!>
Alarmado Izuku se cerró la prenda, recordando de golpe que era una chica.

–No vuelvas a salir así Deku ¿O quieres exhibirte?

Sonrojado evitaba verla a los ojos, odiaba sentirse así de confundido.

–¡Lo siento! olvidé por completo de... Este cambio. Gracias Kacchan.

–¿Ah?... Maldición solo, devuélveme mi sudadero después tonta digo tonto ¡ah!

Enojado se alejó, dejando a la pecosa desconcertada, quien por impulso inhaló el agradable aroma del sudadero, Kacchan siempre olía bien.

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Maldición Deku... ¡Es una chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora