Don't Touch My Brócoli

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Shinso soltó lo primero que su cerebro en shock pudo emitir

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Shinso soltó lo primero que su cerebro en shock pudo emitir.

Sin dudas ver al peliverde vestido de chica era algo para dejarte en ese delicado estado de estupefacción en el que por un breve segundo te vuelves el ser más estúpido del planeta.

–Buenos días Shinso–Kun.

–Buenos días... ¿Es un disfraz?

Se acercó a ella, para ver de cerca su cabello largo.

«Rayos... No te acerques tanto»

–N-no lo es.

–Wow es cierto... No es una peluca– pasaba sus dedos por su sedoso cabello que se veía hermoso atado en una coleta.

–E–es mi cabello.

–Entonces... ¿Tus... También son naturales?– Bajó su mirada por curiosidad y un poco de interés morboso.

Izuku trataba de alejarse hasta que topó con los casilleros.

«Maldición ¡¿otra vez?! ¿Será que estoy en modo ¿atracción de pendejos?»

–Vamos Midoriya esto no se ve todos los días ¿puedo...

–¿P-p-puedes qué?

No tenía que ser una genia o genio - lo que sea que sea- en ese momento para entender que esa pálida mano del peli morado iba directo a una de sus bubis.

Preparando un smash para dejarlo en K. O. Un grito los hizo estremecerse a ambos.

–¡NO TOQUES A MI BRÓCOLI!

Los tres se quedaron viendo, intentando comprender lo que le había salido de la boca al rubio que se quedó congelado en su pose de gruñón previo al ataque.

«¿Qué... Pedo? ¡¿qué dije?!»

–¡NO TOQUES A LA BRÓCOLI!

Volvió a gritar como si pudiese borrar lo que había gritado antes.

Shinso reaccionó, la situación era peligrosa, notó que Izuku estaba lista para partirle su mandarina, y a parte con el musulmán claramente interesado en ella, llevaba las de perder.

Cruzando el pasillo para ir a la enfermería Monoma caminaba sosteniéndose la quijada adolorido.

–¿Qué? Si ya voy Monoma – fingió contestarle a su compañero.

–¿Que yo qué?

Shinso ya se le había prendido como garrapata del brazo.

–Vamos solo camina por favor.~ Le susurró al oído para alejarse juntos del peligro.

–¿Kacchan?

El rubio no había reaccionado, reflexionaba sobre el porqué de su idiotez. Pero salió de ello cuando escuchó la dulce voz de la peliverde

–¡Ya métete al aula nerd!

–¡Ya métete al aula nerd!

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Maldición Deku... ¡Es una chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora