De mamá heredé la sonrisa, de papá mi temperamento, o al menos el que mostraba ante todos, era un niño feliz, consentido y adorable.¡Oh! Vaya si era adorable, me veo en fotos y hasta a mí me dan ganas de apretar esos mofletes que me gastaba.
Claro está que, cuando con cinco años, mis padres me reunieron en el salón para darme una noticia, yo pinté la más encantadora de las sonrisas en mi carita y obedecí, como el niño bueno que era, siguiendo a mis padres hasta quedar sentado frente a ellos.
— Jumpol, mi amor — empezó mi madre con ese tono tan dulce que tenía, yo la miré expectante, no sabía de que iba aquello pero algo me daba mala espina, así que simplemente ensanché aún más mi sonrisa, desde pequeño he sido un manipulador de primera.
— Trabajamos mucho — intervino mi padre, que aunque no igual de tierno que mi madre, era un hombre sumamente agradable, seguí concentrado en que mi expresión no cambiase.
— Y pasas casi todo el tiempo solo, con las niñeras — no se equivocaba al decirlo en plural.
Por alguna "extraña" razón, que mi pobre madre no llegaba a comprender, todas las niñeras que había tenido se habían acabado marchando, sin dar muchas explicaciones.
Mi mamá no entendía como podían dejarme, a mí, el niño más tierno y encantador sobre el planeta Tierra, en el fondo, a veces, sentía lástima de lo buena que era mi madre.
— Así que...
Pero bueno ¿Es qué se habían puesto de acuerdo para hablar con esa sincronización? Pensé empezando a sentirme realmente inquieto.
— Vamos a adoptar a un bebé, para que tengas un hermanito, y así estaré más en casa, al menos por un tiempo — la sonrisa de mi madre, mientras pronunciaba las palabras que más me habían dolido en mi corta vida, era imperturbable y transparente.
Yo intenté emularla de igual modo, pero me costó horrores ya que la garganta me escocía de aguantar un llanto de pura rabia.
— ¿Qué piensas? — preguntó mi padre al ver que no reaccionaba.
— Bien — fue lo único que contesté con los dientes apretados dentro de mi forzadísima sonrisa.
— ¡Ay mi amor, que bien que te lo tomes así! Iremos a recoger al pequeño en una semana.
Yo asentí y sin pedir permiso me levanté de allí, andando tranquilamente hasta que estuve fuera de la vista de mis padres, entonces empecé a correr mientras las lágrimas caían a raudales por mis mejillas.
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— Mi amor, saluda a Atthaphan, tu nuevo hermanito — me acerqué con mi eterna sonrisa a aquella cuna que contenía lo que más había odiado en mi vida, tragando ácido cuando mi mirada se posó en un pequeño de casi dos años, que dormía apaciblemente.
— ¿Puedo llamarlo Gun, mamá? — pregunté intentando disimular los celos que abrasaban mi pecho.
— Claro que sí, mi amor, espero que lo cuides y lo quieras, este niño necesita mucho amor, su mamá se fue al cielo — dijo mi madre gravemente.
Pues bien podría haberse ido con ella, pensé con la malicia que solo un niño como yo podía tener.
— Ok — contesté, clavando mi mirada en aquel niño del demonio, que parecía tan delicado y tierno mientras dormía.
Al día siguiente, en la escuela, necesitaba desahogarme de alguna manera de todas las complejas sensaciones que ese bebé despertaba en mí.
Saber que mi madre se quedaría en casa por él, cosa que no había hecho por mí, me dolía en lo más profundo, me acerqué a un grupo de niños de mi clase y me dediqué a incordiar como solo yo sabía hacerlo.
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FARCE [OFFGUN]
Fanfiction- Amores, pasenlo bien, Jumpol estate atento a tu hermano, que no le pase nada en el recreo, actúa como un buen hermano mayor - encima me exigía. Ese demonio que llevaba cogido de la mano no necesitaba ninguna protección por mucho que fuese su pri...