Capitulo 4

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No estoy orgulloso de estos recuerdos, pero en aquél momento me sentía tan fuera de lugar, tan engañado, tan estúpido, que mis reacciones eran lentas.

Y ojalá solo hubiesen sido lentas, sin repercusiones para nadie, pero ahora sé el terrible daño que le provoqué a mi hermano y les aseguró que eso es lo que más me duele de todo esto.

Da igual lo estúpido que me siga sintiendo años después al recordar lo engañado que viví todos aquellos años, da igual que aún sienta ganas de golpearme a mí mismo por haber estado tan ciego, da igual que aquella maldita farsa solo la hubiese provocado yo, lo único que me importa ahora es el daño que le hice a mi hermano, la tortura a la que lo sometí durante años, y ni tres vidas completas me resultarán suficientes para reparar todo el mal que le causé.

Escuché la puerta de la calle cerrarse de golpe.

Se había marchado.

Me había dejado solo en aquella casa desierta y plagada de dolor.

Me dirigí a la cocina como un autómata y me dediqué a limpiar todo el desastre que habíamos armado.

Sé que me odian, pero lo hago de todas formas por no salir corriendo en pos de la persona que acababa de tenderme su corazón en bandeja de plata, pero ¿Qué quieren que les diga? Era incapaz de procesar nada en mi colapsada mente.

Ni siquiera podía reproducir en ella las palabras que escasos minutos atrás me había dicho Atthaphan y aunque suene extraño, o enfermizo, lo único que venía a mi mente eran dos cosas, que distaban mucho de ser normales cuando iban juntas: a Atthaphan llamándome "Pii" y la sensación que había experimentado al meterle la polla por vez primera.

Enfermo, debía estar enfermo... aún sigo pensando que lo estoy... aunque nunca lo digo en voz alta, aunque nunca se lo digo a mi pequeño... él está tan orgulloso de mí, de nuestra relación... no lo oculta ante nada ni nadie, ni siquiera delante de nuestro padre...

Pero eso es adelantar acontecimientos.

Allí me encontraba yo, limpiando aquella cocina, con la palabra "Pii" rondándome la cabeza y una erección en mis pantalones.

Maldito sea mi cuerpo y mi mente, si ya ninguno de los dos controlaba ¿Qué mierdas me quedaba?

Me estaba ahogando en mi angustia y mi irá, ya no sabía quien era yo, si todo lo que había vivido y creído era mentira, si todo en lo que había basado mi ridícula existencia era una puta farsa.

Y lo peor de todo, es que solo yo estaba dentro de ella voluntariamente, arrastrando dentro de esa mierda a mi hermano, a mi madre... ¡Dios! ¿Se podía ser más estúpido?

Comencé a llorar amargas lágrimas, ¿Qué era yo? ¿Qué narices se suponía que era yo? ¿Una persona fría y manipuladora? ¿O un malnacido engañado y sensible? No sabía que prefería ser.

Lo primero era lo que yo pensaba que era, pero me estaba dando cuenta de lo equivocado que estaba... ¿Por qué me había follado a mi hermano la noche anterior? ¿Por qué no me había planteado está pregunta hasta ahora? ¿Por qué cuando me dieron la peor noticia de toda mi vida decidí refugiarme en los muslos de la persona que, supuestamente, odiaba? Es que, acaso ¿Todo lo que yo había creído sentir era mentira? ¿De verdad necesitaba tanto a aquél niño? ¿De verdad lo único que había liberado mis atrapados sentimientos, cuando me enteré que mi madre moriría, había sido el trasero de mi hermano?

Me encontré hiperventilando en el suelo de la cocina, los azulejos se notaban fríos a través de la tela de mis vaqueros, recuerdo eso con precisión, no se porque.

Me sentía derrotado, perdido, engañado, humillado, frustrado, impotente, solo... muy solo... tan solo como no me había sentido nunca... debería puntualizar: desde que Atthaphan había llegado a mi vida yo nunca había estado solo, desde que mis padres habían adoptado a ese precioso bebé, yo nunca había vuelto a estar solo...

FARCE [OFFGUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora