Capítulo 3: Recuerdos

9 0 0
                                    

Andrew:


08/03/2006

Desde que tengo memoria, recuerdo a mi tío y al resto de mí de familia, desde que puedo caminar recuerdo estar en al lado de mi tío. Mis padres se divorciaron y comenzaron a separarse y a discutir, así que durante mucho tiempo estuve viviendo con mi tío. Cuando llegaba de la escuela él me ayudaba con mi tarea y me ensañaba muchas cosas: otros idiomas, artes marciales, estrategia, y distintas aéreas en las cuales se entrenaría a un soldado. Cuando cumplí 5 años, se mudó una residencia de militares retirados, tenía unos vecinos en la casa de al lado; los Kovenan, ahí fue cuando conocí a Claire, teníamos la misma edad y éramos los únicos que no tenían más de 40, así que rápidamente nos hicimos buenos amigos. Durante el día íbamos a la escuela, en la tarde entrenaba con mi tío, y en la noche nos reuníamos y colocábamos una sábana en el suelo y mirábamos las estrellas todas las noches sin excepción.

Cuando cumplió 8 nació su hermano, era un niño muy hiperactivo y desde pequeño demostró ser dotado en muchas cosas, pero por más inteligente que fuera, era muy soberbio, necesitaba saber más. Cuando él empezó a leer y a escribir, también empezó a usar computadoras. Claire y yo éramos muy unidos. Era un ángel, supe que estaba irremediablemente enamorado de ella y que la amaría por siempre. Aquella niña de cabello cobrizo, piel pálida y ojos azules me había enamorado completamente.



03/04/2015:

Cuando cumplí 14 años fui enviado a Inglaterra, mi madre se había casado con importante abogado Ingles parte de un prestigiado Bufet de abogados en Londres, eran tan buenos que incluso podrían trabajar aquí. Mi madre lo conoció en su trabajo como editora literaria en una destacada revista de Inglaterra. Jerry Kemsit Holmes, su nombre era peculiar y llamativo, mi relación con mis padres nunca fue muy cercana ya que crecí con mi tío y eventualmente los veía a ellos, pues prefería pasar tiempo con mi tío.

Recuerdo especialmente ese día: Una mañana algo soleada, un clima agradable, las flores se veían hermosas y brillantes, la música de orquesta de mi tío se escuchaba en el fondo del pasillo. Me levanté y cumplí con mi rutina diaria, pero primero quería hablar con Claire. Hacía unos días había encontrado una hermosa piedra en el arroyo, tenía una peculiar forma de "búho" o al menos así la veía yo. Recuerdo que la modelé con las herramientas de mi tío hasta que logre darle una "bonita" por no decir lamentable forma, sin embargo me había esforzado mucho y realmente la quería impresionar. Luego de hacer todas las cosas que debía hacer, me disponía hablar con mi tío, el me ayudaba a ponerme el traje, estábamos en su oficina dentro de casa, mientras me ayudaba ponerme el traje me entregó su corbata favorita, su reloj clásico, y me dijo:

- Recuerda Andrew: Siempre contarás conmigo cuando me necesites, no te olvides de visitarme, cada día me hago más viejo. – Comentó mientras me colocaba su corbata - Cuando estés allá trata de no olvidar a este anciano, eres lo que tengo, Andy, estoy muy orgulloso de tí, es un honor haber recibido a un niño y hoy despedirme de un hombre hecho y derecho, ese traje te queda  increíble, la corbata te luce mejor que a mí. – Dijo mientras me miraba con cariño.

- No es una despedida, tío, es un hasta luego, voy a volver, alguien tiene que asegurarse de que todo siga en orden y que no incendies la casa haciendo tu asado. - Respondí mientras él me colocaba el reloj.

- Ya eres todo un caballero, Andrew, y un caballero nunca olvida a su dama. - Dijo mientras señalaba a Claire desde la ventana con su mirada – No se te ocurra romperle el corazón, darás un amala imagen de tu tío.

C.A.O.S: Riendas de venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora