Capítulo 4: Un niño con un plan

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Virus:


11/04/2019:

Había hecho un plan, tenía claro mi objetivo: Acabar con aquellos bastardos y no dejar ni rastro de ellos. Desde niño se me había entrenado, el coronel Blake me suministró entrenamiento el cual mi padre reforzaba con métodos... Dolorosos, pero indudablemente efectivos. Al principio estaba solo, sim embargo, nunca fue una excusa.

Pasé día y noche aprendiendo sobre el funcionamiento de las computadoras, aprendí de informática y sistemas electrónicos, hasta que comencé a entender como hackear todo tipo de dispositivos electrónicos, nada me detendría de encontrar lo que buscaba, y entraría a todo lo que tuviera el más mínimo rastro de información sobre lo que pasó. Me infiltré en los datos de la policía y descargué toda su información, pero no era suficiente. Me dí cuenta de que había cosas que necesitaría ir a robar como documento impresos, pruebas tangibles, y demás de cosas. Para mi desgracia no tenía la destreza física para esa tarea, empecé a buscar a alguien que se ensuciara las manos por mí; necesitaba a alguien con habilidades físicas de gran nivel.

Cada detalle en mi plan debería meticulosamente estudiado y preparado, no era algo simple, así que fui operando por mi cuenta y adquiriendo experiencia y habilidades suficiente para poder hacer frente al asunto. Hice un plan y lo dividí en diferentes faces, mientras que me preparaba para grandes asaltos y operaciones, tuve que pulir mis habilidades, las capacidades adquiridas durante mi entrenamiento y otras que aprendí. Siempre he sido un dotado, un genio con grandes capacidades, también destrezas físicas, sin embargo, se necesita más que eso para que esto funcione.

Durante algún tiempo estuve operando con un grupo de hackers que se hacían llamar "los Salvadores". Aprendí un para de cosas útiles con ellos, además, tuve tiempo de meter en prisión y destruir más de una empresa. Me hacía llamar "Virus" o el pseudónimo "Señor V". Empezaba a llamar la atención en los bajos lugares de red, un "hacker a sueldo" o "mercenario del computador" me apodaban. Mi portafolio de trabajo eran un montón de personas cayendo. Siempre me he mantenido en anonimato, en las sombras, aún así, muchas de mis operaciones requerían trabajo físico, asaltos o búsqueda de información, incluso llegué a salir a las calles. Cuando necesitaba entrenar iba resolviendo los casos que la policías descartaba o no realizaba, incluso llegué a darle palizas a criminales, distribuidores, algunos pederastas y criminales de perfiles bajos. No obstante, he llegado a fracasar... recibí algunas palizas en la calle, por suerte siempre encontraba una forma de salir vivo, y además, Cheng y William me apoyaban. Mi estrecha con Cheng desde niños nos hizo realmente muy cercanos. En más de una ocasión me curaron e internaron en su casa para que Claire no me viera llegar herido a casa.

Al igual que un virus, una vez que infecto el sistema; lo corrompo y consumo hasta que ya no queda nada. Había controlado el juego, sus cuentas caían mensualmente, y era imposible seguir mis pasos sólo había desaparecido su dinero.

Pasé algún tiempo bajo ese modus operandi, con el dinero que había logrado robar a empresas y demás, logré reunir lo suficiente para mejorar la condición en la que Claire y yo vivíamos. Incluso llegué a infiltrarme en el sistema de la Universidad a la que ella quería asistir y me aseguré de que entrase. Con Claire trabajando y en la universidad, yo podía tener más tiempo a solas sin que ella se preocupara, ella creía que estaba en clases extracurriculares, sin embargo, había creado una base de operaciones con Cheng y William. Un pequeño almacén en las afueras de la ciudad que compramos a nombre de William, la fachada era un taller de motocicletas, sin embargo, allí nos reuníamos, llevábamos lo que necesitábamos y preparábamos al siguiente fase de mi plan. El reloj avanzaba, y con el mi plan seguía evolucionando.

C.A.O.S: Riendas de venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora