El pequeño Ian estaba colgado de la rama de un árbol en rumania.
-¡Ian,a comer!-gritó su padre.
El niño corrió hasta la improvisada tienda de campaña que habia allí.
-Has llegado rápido,eh-dijo el mayor sirviendole una sopa de vegetales y avellanas.
El niño solo sonrió a su padre y se dispusó a comer.
Luego de una larga caminata y de jugar a los monos con su hijo,charlie arropó a su hijo en su cama para la hora de la siesta.
Le contó historias,lo abrazó y le deseo dulces sueños.
-Te amo,papá-susurró Ian entre sueños.
-Yo te amo más,dragón-dijo el adulto sonriendo.