Mi pie no dejaba de golpetear el suelo, ¡Libertad al fin! Era el último día de clases antes de las vacaciones decembrinas; quería correr a casa y dormir todo el día, las últimas dos semanas habían sido pesadísimas y sin embargo a unos treinta minutos de haber cumplido oficialmente con el tiempo que se suponía debía estar en la escuela, seguía ahí, sentada en una de las bancas fuera de la oficina del Director, esperando a que Elsa saliera.
―¿Qué hace aún aquí señorita Astrid? - volteé a dónde provenía la voz y sonreí cuando me di cuenta que era Hiccup- Creí que te habías ido en cuanto se dio la hora.
―Qué más quisiera, pero Els sigue firmando el documento de la liberación del castigo.
Hiccup se acercó a mí y después de depositar un suave beso en mis labios se sentó a un lado mío.
―¿Cuál castigo? ¿No hablarás del de....? -al ver mi cara se rio, probablemente recordando que había sido su culpa que me atraparan.
―Sí, ese, y gracias a ti me dejaron ayudándole una semana.
―Qué por cierto no hiciste nada, todo el trabajo me lo dejaste a mí- Hiccup y yo volteamos sonriéndole a Elsa que por fin había salido del despacho.
―¿Ahora si somos libres? -pregunté esperando salir de la escuela y no recordarla hasta el inicio de la ultima mitad del año escolar.
―Completamente amiga mía - sonrió y se encogió de hombros- Vamos algún lado, quiero liberar mi cerebro y comprar un par de zapatos, también puedes venir Hipo si quieres.
Él simplemente se encogió de hombros.
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Los tres fuimos a un Mall donde podíamos comer y además comprar los zapatos que Elsa quería, cuando llegamos decidimos comer primero, pero al poco tiempo de habernos sentado en las mesas y antes de pedir la comida llegó Jack.
―Le pedí que viniera- explicó Els- Pensé que estabas ocupado.
Lo último se lo dijo más para él que para nosotros y Frost sonrió.
―Estaba viendo programas de estudio de distintas universidades, estoy viendo algunas donde pueda seguir jugando.
―Jack es muy bueno jugando -dijo orgullosa Elsa- Tal vez hasta le den una beca o algo así.
―Por cierto, ¿Qué quieres estudiar tú Elsa?- preguntó Hiccup.
―As y yo lo tenemos todo planeado desde hace unos dos años, estudiaremos diseño de interiores en la Universidad de Corona, será increíble - suspiró y después se levantó - Saben iré a pedir a caja, no vienen a preguntarnos qué es lo que queremos, ¿Vamos Jack?
Los dos se levantaron a pedir la comida, Hiccup y yo nos quedamos en la mesa.
―Así que Corona ¿Verdad? - La mirada de Hiccup era un tanto triste, podía sentir que algo no iba bien- Aproximadamente 33 horas en viaje por carretera entre San Frasokyo y Corona.
―¿Qué? - Pregunté- ¿Qué hay en San Fransokyo?
―La ingeniería que quiero estudiar - teníamos un semestre antes de iniciar con los tramites de admisión a las distintas universidades, distintas universidades. Ese, era el problema.
Tomamos nuestras manos y el beso mi frente.
―Tranquila, iré a visitarte siempre que pueda, a menos que decidas dejarme por un universitario de Corona.
Recargué mi cabeza en su hombro.
―O que tú me dejes por una de San Fransokyo.
―Ni de broma- su pulgar comenzó acariciar mi mano- No importa, igual manejaré un día y nueve horas hasta llegar a ti.
¡Al diablo la escuela! Siempre podremos trabajar en un McDonals.
El resto del día me la pasé con un mal sabor de boca, Hiccup y yo no volvimos a tocar el tema, pero igual sabía que a los dos nos preocupaba, me la pasé un tanto cabizbaja, incluso cuando Hiccup me trajo a casa y nos despedimos, los dos teníamos cara de preocupación, y es que en el fondo sabíamos que si queríamos seguir juntos iba a ser difícil, muy difícil.
―¡Ya llegó Astrid!- gritó mi madre como avisándole al resto de la casa, mientras me veía entrar por la puerta- ¿Por qué esa cara?
Me extendió los brazos y yo corría abrazarla.
―¿Qué sucede? ¿Te hizo algo Hipo?- mi madre tomó mis mejillas con sus manos e hizo que la mirara- ¿Qué está mal?
―Si sabes que quiero estudiar en Corona ¿Cierto? - Mi madre asintió- ¿Y si no es lo correcto?
―Pero por favor llevas queriendo ir a ahí por mucho tiempo, tu padre y yo llevamos ahorrando casi toda tu vida para mandarte a la universidad que tu quisieras, tu hermana así lo hizo, pensamos en su futuro muchísimo antes de que se pudieran limpiar ustedes solas - su mano acarició mi cabello- Ahora dime, ¿por qué no quieres ir tan de repente?
―Hipo estudiara en San Frasokyo- estaba siendo ridículamente infantil- Y yo al otro lado del país y eso no es justo.
Unos minutos bastaron para que mi madre me hiciera entrar en razón, ninguno de los dos debía abandonar sus sueños por el otro, si el destino y nosotros nos queríamos juntos, lo íbamos a estar.
―Ahora que arreglamos este asunto, sube, que son las seis de la tarde y a las ocho iremos a cenar con el nuevo inversionista de la empresa ¿Está bien? - me sonrió- Hoy en la mañana salimos a comprar tu vestido, Merida lo escogió.
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Dos horas después estaba lista, el vestido era sencillo y largo, realmente hermoso con un escote decente, Mer arregló mi cabello recogiéndolo y dejando unos risos al contorno de mi cara.
―Te ves hermosa - Mer terminó de acomodar mi cabello y me sonrió- Espera a que vayamos con nuestra tía a las Vegas, dirá que creciste demasiado.
―Es a ti a la que no ha visto por mucho tiempo Mer, con eso de la universidad.
Cuando llegamos al salón de eventos donde se llevaría a cabo la cena con los inversionistas y los socios de la industria, me di cuenta que había olvidado mi collar en el auto así que dejé que mis padres y mi hermana entraran antes, mientras yo regresaba al auto.
>> Buenas noches My Lady, mi madre está cocinando macarrones, te manda saludos<< leí en mensaje de Hiccup y una sonrisa surcó mis labios.
>> Estoy en una cena de los compañeros de mis padres, siento que será aburrido, besos. <<
Bajé del carro después de ponerme el collar y de haberle contestado a Hiccup y regresé al local.
Tardé unos instantes en encontrar a mis padres, pero el vestido azul cielo y el cabello rojizo de Mer hicieron que los ubicara, llegué mientras hablaban con un ¿señor? aproximadamente de la edad de Mer, pero con semblante realmente duro.
―Ella debe ser su hija Astrid ¿Me equivoco?
―No se equivoca -contestó mi padre- Ahora sí conoció a mis dos princesas, Merida y Astrid, niñas él es el nuevo socio, el joven Bennet.
¿Que?
¿Cómo alguien tan joven puede ser socio de una gran empresa?
Mi impresión frente a su edad quedó opacada al momento que Bennet me sonrió de cierta forma que me puso los pelos de punta, su sonrisa era realmente lasciva y su mirada aún más.
Pero sentía que había algo más detrás de ella.
El resto de la noche me di cuenta que sus ojos estaban puestos sobre mí, y yo deseaba regresar a casa lo más pronto posible.
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TE AMO [1] ||Hiccstrid|| Modern AU
Romance《Oye idiota, te amo》 Hiccstrid MODERN AU ▪︎Historia Completa ♡SEGUNDO LIBRO: TE ODIO♡ Portada hecha por oxArielxo ©️2020 | Sweet Studios