BLOODLINES [RENOVADA] [Traducción Autorizada]

V - Perfecto

Cuando abrió los ojos, el lugar en el que se encontraba estaba oscuro. Parpadeó algunas veces antes de acostumbrarse a la falta de luz. Un simple movimiento le provocó una ola de mareos, pero nada que no pudiera manejar. Cuando el brazo de Sehun rozó el piso de concreto se levantó un poco de polvo, que inhaló. Mientras tosía, se puso de pie y se apoyó en la pared más cercana que pudo encontrar.

Las miles de preguntas que se hacía quedaron sin respuesta, pero lo primero que recordó fue el rostro del hombre que vio la última vez. Los recuerdos de las últimas noches que pasó en ese horrible lugar pasaron rápidamente ante sus ojos.

Había perdido el juicio, lo perdió en el momento en el que su familia fue asesinada. Qué patético debió haberse visto, al perder la cabeza de esa manera y actuar como un niño indefenso, llamando a su madre.

Sehun no quería que lo sacaran de ese estado. Quería seguir estando loco hasta que muriera. Podría haberlo conseguido, pero alguien interfirió. Alguien lo salvó de la caída.

"No soy a quien estás buscando, Sehunnie, pero puedes llamarme Luhan..."

Luhan

"Me alegra mucho que me hayas recordado," dijo aquella voz, después se oyeron unos pasos rítmicos. Sehun dobló las piernas, apoyó su codo sobre sus rodillas y acunó la cabeza con una mano.

"¿Qué me pasó? ¿Por qué repentinamente estoy... cuerdo? Sehun tragó saliva con dificultad al decir la última palabra.

La risita que escuchó después no ayudó. Los pasos se detuvieron y vio la silueta del hombre a unos metros de él. Lo único que se podía ver de su rostro eran sus brillantes ojos. No obstante, Sehun ya había visto el rostro del hombre antes y sabía que no era más que un lobo con piel de cordero.

"Dime que pasó, Sehun," la voz de Luhan sonó suave, pero le provocó escalofríos que recorrieron todos sus hueso. Se sentía como si lo estuviera forzando a hacer lo que le ordenara, sentía que debía complacerlo, adorarlo. "Dime que recuerdas..."

Sehun lo intentó. Trató de recordar lo que pasó. Pero todo se redujo sólo a una cosa.

Ira.

La ira abrasadora era lo único que le quedó después de todo lo que le pasó. Después de estar meses encerrado en ese lugar, nunca dejó de sentirla.

"Me dio lastima verte morir, Sehunnie," canturreó Luhan, ahora estaba arrodillado demasiado cerca para el gusto de Sehun. Sintió un toque frío e impasible en su barbilla, y levantó la cabeza. En ese ángulo podía ver bien. El rostro perfecto de Luhan que estaba a unos centímetros de él y sentía su aliento frío contra sus labios.

"¿Qué?" Fue todo lo que pudo murmurar.

"Serás un muy buen sirviente, así que tuve que arreglarte." Los ojos de Sehun fueron atraídos por esa pequeña lengua que se deslizó por los delgados labios de Luhan. "Tenía que hacerte mi nuevo juguete..."