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Pasaba la punta de sus dedos por toda su lacia melena con desesperación.
Estaba exasperada.
En un intentó fallido de arreglarla lo más rápido posible agarró una liga y se lo amarró en un coleta alta toda desordenada.
Rusia gruñó al poner su mirada en el reloj de la habitación.
проклинать.
Maldecía al tiempo por no parar de correr los malditos segundos.
Estaba sublime al tiempo.
¿Acaso el mundo la odiaba lo suficiente?.
Agarró su bolso y se miró una vez más al espejo notando algunos rebeldes mechones que se escapaban de su intento de cola.
Maldijo por lo bajó.
No tenía tiempo de siquiera arreglarlo con más tranquilidad.
¿Que ocurría?
Simple, los resultados de las tan esperadas pruebas se daban el día de hoy y ella estaba llegando tarde.
Algo nada común en ella.
Si llevabas un tiempo conociendo a Rusia podías afirmar que nunca llegaba tarde.
Siempre era elocuente con el tiempo.
Pero esta vez no lo fué, pésimo error.
Bajó rápidamente las escaleras sintiendo su pulso acelerarse de una manera sorprendentemente rápida.
Hoy se le había ocurrido tomar una "pequeña siesta", darse un pequeño y merecido descanso antes de tener un ataque de nervios por saber los resultados.
Tenía miedo de no haberlo logrado.
De no conseguir el papel y no estar a lado de México en aquel escenario donde interpretaría una de las obras más románticas e impactantes de todos los siglos.
Tenía miedo de no poder estar con la persona que tanto la hacia suspirar y sentir mariposas revolotear su estómago.
