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Daba grandes pasos al ritmo de su corazón que latía con fuerza, potente, vivaz.
De repente Rusia paró en seco.
Volteó su mirada a todos lados exaltada con la respiración en su pecho aún bombardeando con fuerza.
No había nadie en la sala de ensayo.
Absolutamente nadie.
Abrió sus ojos como platos al darse una idea de su ausencia en él aula.
Chasqueó sus dedos y caminó hacia la derecha donde había una puerta de vidrio con pequeños detalles de arebol pintados de color dorado que lo adornaban.
Dió un suspiró sintiendo entre su cálida mano la fría sensación de la perilla.
Ahora se regañaba internamente por no haber pensado una excusa para que la maestra no la regañara delante de todas.
No delante de su hermosa dama.
Giró y entró de golpe sin pensarlo, esperando encontrar todas sus compañeras ensayando y la maestra ONU a su lado perfeccionando sus movimientos mientras tocaba el azabache piano con delicadeza, movimiento sus dedos con destreza.
Nada.
No había ningún signo de vida tampoco en la sala de audiencias.
"Tal vez estén en el escenario"
Habló en voz baja para si misma corriendo a la dirección del escenario.
Subió rápidamente detrás de los telones.
Si quería llegar o al menos lo estaba haciendo tarde no quería llegar enfrente de todos y tratar de pasar desapercibida entre ellas.
Más se detuvo de nuevo de golpe al salir de los telones y no notar a nadie en el escenario.
Se sentó algo frustrada y aturdida.
No entendía nada de lo que pasaba.
¿Acaso había llegado muy tarde?, ¿Acaso todas ya se habían ido?
Suspiró desahogando un poco su frustración.
Ocultó su rostro entre sus piernas recuperando el aliento de correr más de ocho cuadras seguidas.
