∽Vinland Saga Headcanons∽

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Thorfinn's fear

Cuando tenía cinco años Thorfinn le tenía miedo a las homigas voladoras.

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Leif había llegado de un viaje al sur del continente y como siempre Thors llevó a su hijo a saludar al recien llegado.

Cuando los adultos se pusieron a hablar e ignoraron al pequeño este se fue a investigar que había traído el viejo Leif de esa tierra cálida y desconocida.
Había mucha fruta y objetos bonitos, algunos brillantes incluso, mucho vino tinto y blanco para pasar la Pascua, Cuaresma, Navidad y así como por dos años, o eso pensó nuestro pequeño niño al ver como esas cosas llegaban "tan" alto en la bodega del barco.

En una pequeña travesura Thorfinn tomó una manzana roja para probar su sabor. Mientras él comía su manzana, sentado sobre una caja de madera sintió como cientos de patitas pasaban por su cuello y por debajo de su ropa a la vez que escuchaba un molesto zumbido. Cuando quiso rascarse la espalda notó de reojo una cosa negra que se movía sobre su manzana. Asustado, el niño tiró la manzana y trató de quitarse esa molestia del cuerpo y cuando vió algo que iba volando directo a sus ojos fue cuando echó a correr a donde estaban los adultos.

-Si, la península ibérica es un lugar muy hermoso, más ahora que es verano, pero ¿sabes?, está lleno de bichos, era sorprendente la cantidad de mosquitos, polillas, cucarachas y demás insectos que había.

-¿Enserio?, creo que deberías revisar tu barco por si hay algún insecto que pueda arruinar tu mercancía.

-Si, creo que debería...

Leif guardó silencio cuando escuchó un grito a la lejanía y al voltear se encontró con Thorfinn corriendo hacia ellos, gritando y llorando, tan pálido como si hubiera visto un fantasma.

-Hijo, ¿Qué ocurre?, ¿Qué pasó?

-Pa-p-papi un monstruo quiso c-come-comerme.

-¿Un monstruo?

Thors en su confusión trató de calmar al menor como podía y trataba de interpretar lo que este le dijo, hasta que Leif vió algo negro que caminaba en la nuca del rubio que se rascaba de forma frenética. Cuando este le sacó el pequeño insecto del cuello fue que dijo.

-Thorfinn, no era un monstruo lo que viste, era esto, una hormiga voladora.

Cuando ambos, padre e hijo, vieron al diminuto animalito entendieron todo, Thors por más que quiso no pudo evitar reir de la situación haciendo que Thorfinn se enfurruñara y empezara a gritarle que no era gracioso y que parara.

Después de eso, cada tanto sus amigos y familiares lo molestaban con que le daban miedo las homigas.