Encerrados

5.5K 347 559
                                    

Gilbert POV

Anne Shirley-Cuthbert podía ser la persona mas inteligente de Avonlea, la mejor de la escuela y sin duda, la que mejor podía desenvolverse en situaciones difíciles. Pero en lo que evocaba a sentimientos, sus sentimientos mas específicamente, estaba completamente ciega.

Estábamos en clase, yo la miraba, como siempre. Se había convertido en una viciosa costumbre: llegar a la escuela, hablar con ella rezando para que no se enfadara conmigo de nuevo y volviéramos a la situación de antes, y sentarme a mirarla durante mucho tiempo, todo el que pudiera si no era absolutamente necesario atender a la lección. Y aunque sí, habíamos acordado una tregua antes de que me fuera de viaje, parecía algo inestable, ya fuera por su incansable competitividad o por el extraño hecho de que cada vez que parecíamos estar acercándonos más que de costumbre, hablando mas tiempo o simplemente pasando un buen rato, ella miraba en la dirección de las chicas, se excusaba y me dejaba ahí, enamorado y triste.

Y sí, por mucho que lo negara ante Bash, estaba perdidamente enamorado de Anne Shirley-Cuthbert. La amaba con todos sus defectos, que a mi vista solo la hacían mas hermosa. La amaba. Amaba su pelo, naranja como la más absorbente puesta de sol, sus pecas como un firmamento entero en sus mejillas. Incluso su temperamento, que a veces se tornaba en mi contra, era algo que la diferenciaba del resto. Ella conocía su valor, aunque no aceptara su belleza, tan obvia para mi. Su forma de ver el mundo, su imaginación, su pasión por la lectura, todo de ella me encantaba. Demasiado para mi propio bien, pues aunque pudiera tener vanas esperanzas sabía que ella no se sentía de esa forma hacia mi. Si lo hiciera ¿porque iba a alejarse de mi cada vez que intimábamos un poco? Me dolía, pero era tan extremadamente masoquista que seguía teniendo estos pensamientos, suspirando mientras la miraba en medio de la lección de la srta.Stacy. Lo que claramente me traería problemas.

-Gilbert- oh oh, esto no es bueno. La srta.Stacy me echaba una mirada cómplice, no era la primera vez que me pillaba mirando a Anne.- ¿Podrías responder a la pregunta?

-No estaba prestando atención señorita, lo siento. No volverá a pasar.- murmuré mirando mi pupitre, increíblemente rojo.

-No hagas promesas que no puedes cumplir, Gilbert. Si crees que ...- pareció dudar entre decir su nombre o no, y gracias a Dios decidió no dejarme tan en ridículo.- ella es mas interesante que mi lección hoy, mañana no vas a pensar diferente. Quédate después de clase, tenemos que hablar.

A estas alturas, debía de estar mas sonrojado de lo que lo había estado en mi vida. Sentía las miradas de toda la clase sobre mi, y escuchaba sus susurros. Pero a mí solo me importaba un par de ojos entre todos los de esta sala, unos ojos azules como el mar. Miré discretamente hacia la izquierda, solo para encontrarla demasiado absorta en la lectura de un libro como para haber escuchado lo ocurrido. Desvié mi vista a Diana, que negó suavemente con la cabeza con una sonrisa.

Ella debía de saber, o sospechar al menos, de mis sentimientos porque casi parecía que me estuviera diciendo "Tranquilo, no se ha enterado", no era la primera vez que me informaba de algo así. Me preguntaba por que me haría ese favor...
Mis pensamientos se vieron una vez más interrumpidos por la srta.Stacy, que tenía ahora una sonrisa maliciosa plantada en la cara.

-¡Anne! No estarás leyendo un libro en clase ¿verdad?- Pregunto de forma claramente retórica, Anne siempre leía en clase, al menos siempre que estaba demasiado sumergida en el libro como para dejarlo al entrar a la escuela. Sin embargo, la srta.Stacy nunca la regañaba por ello pues ella misma decía que leer era la forma mas efectiva de abrir la mente y por tanto aprender ¿Por qué la regañaba en ahora y no ayer, o anteayer...?- Me parece una falta terrible, ahora también voy a tener que quedarme ha hablar contigo esta tarde. Espérame junto a Gilbert en la sala de atrás.

Shirbert one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora