Título IV. Despedida

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Capítulo VI. Despedida
A la mañana siguiente todos despertaron al arribar el alba con excepción de Marinette y Brandon quienes continuaban en un sueño profundo, -¿Dónde se ha metido Brandon?- increpo Armando. -Anoche no regreso al cuarto y tomo la copia de la carta que debía entregar... ¡Pudo haber Sido capturado por Jalandrios!-
Acto seguido junto a sus compañeros salió a buscar a Brandon a los alrededores, ya con espadas al aire todos salieron corrieron a buscarlo en los Bosques; todo el alboroto causo que la joven pareja despertara de sobresaltó. -¿Cómo dormiste querido?- pregunto la joven mientras jugaba con sus cabellos. El joven al verse increpado acaricio su mejilla y le respondió -anoche fue la primera vez que dormí con un angel-. Tras sonrojarse la chica salió de la cama, se colocó un vestido floreado y con vez gentil le dijo sonriendo -entonces... ¿Me ayudarás a hacer de desayunar o que dormilón?-. Seguido de eso ambos jóvenes bajaron a la cocina.
Comenzaron a hornear galletas y calentar agua lo que provocó la expedición de vapor por la chimenea del inmueble, las llamaradas alertaron a sus camaradas quienes regresaron corriendo a resguardar las cartas, cual sería su sorpresa al encontrar una mesa llena de galletas y café caliente junto a la pareja riendo, el resto de los soldados con cierta molestia tomaron una silla y comenzaron a desayunar, en ese momento Saúl de Oca se sobresaltó y casi gritando vocifero: -tus cursilerías nos están costando días de viaje, creo que es el momento de separarnos... Los padres de tu noviecita no tardan en llegar y no les hará mucha gracia lo que están haciendo, ya prepararé los caballos y proviciones, gracias señorita Marinette-. Sentenció de Oca molesto mientras salía de la Habitación.
-¡Más para nosotros!-. Dijo entre risas Ricardo Zúñiga mientras seguía comiendo galletas. Armando Ríos entonces contesto: - Aunque tendríamos que tomarlo en cuenta, Acosta todavía tiene que ir a la capital y nosotros recorrer varias lunas a caballo; su noviecita podría costarle mucho a la operación-.
- En realidad aún no me ha pedido que sea su pareja- increpo Marinette mientras jugando con sus rojos cabellos, lanzaba una mirada sería a Brandon y salía de la cocina-.
-¡Ya estarán contentos bribones! increpo Brandon mientras perseguía a su amada y el resto soltaba carcajadas mientras terminaban terminaban todo y hablaban por los pormenores de la excursión; por otra parte Marinette y Brandon se reunían bajo un árbol, mientras la chica seguía sería el tomo una piña y con un cuchillo que llevaba en el cinturón tallo el nombre de la chica y se lo dió mientras tímidamente en el oído le pregunto: -¿Te gustaría ser mi novia y acompañarme a entregar las cartas?... Mi misión es encontrar al Alcaide y no enamorarme pero creo que ya es tarde para eso... Ella entre risas se acercó y beso al chico suavemente en los labios mientras hacía una afirmación con la cabeza suavemente, la pareja aliviada y tomados de la mano regresaron a la cabaña donde los chicos ya estaban preparados para partir, aquellos hombrecillos al verlos tomados de la mano se alegraron y tomaron una botella de vino tinto hasta el mediodía,y después de intercambiar palabras y asegurarse de que todas las cartas estuvieran en orden se despidieron con un abrazo fraterno y prometieron verse cuando todo eso terminara en la Metropoli... Específicamente en el mismo puerto de dónde salieron.

Capítulo VII. Paseos por el Bosque
La joven pareja no dejaba de leer las cartas con intriga y en medio del éxtasis de estar juntos modificaron los aspectos que consideraban no eran benéficos para su nación, comenzaban a referirse a esta como Yaram y ya no como Irelay... Se pasaron el tiempo y no se dieron cuenta de la llegada de los padres de la chica, quienes estaban más que intrigados por ver a un extraño abrazado de su hija, el señor Arath Meneses hombre adulto de mediana edad de ojos cafés, cabeza calva y pieles tostadas de alto valor cristiano y moral inquebrantable soltó el grito en el cielo a la voz de: -¡Quien es este bribón y que hace en mi casa!-. La señora Ana Meneses mujer blanca de mediana edad de ojos oscuros y melena amielada, esposa de Arath entro en shock pero no sé escandalizo, aunque exigió una explicación, la cual la joven pareja accedió a entregar, cuando el joven explico su misión y lo que sentía por su hija, la familia se escandalizo, ya que al ser comerciantes consideraban que la Metropoli los dejo a su suerte cuando la guerra empezó, por ende el  desprecio hacia el muchacho era natural pero tras un par de lunas del joven ayudando en la posada se ganó el cariño de los padres quienes ya no veían con tan malos ojos la relación con su hija, pero no veían a bien que dos novios jóvenes fueron solos hacia la capital y pese al ruego de la joven pareja, los suegros no lo aceptaron y Acosta se vería obligado a tomar una desicion que cambiaría su vida.
Se levantó muy temprano y con el cuchillo que llevaba en su cinturón se introdujo en los bosques de Yaram, cazo al mejor venado con sus propias manos, corto unas flores y levanto un poco de miel, mientras hacía dichas actuaciones, la familia Meneses hacia sus tareas ordinarias en la posada, como si el joven nunca se hubiera aparecido.
Cuando se acercaba la hora de almorzar y al no ver señas del muchacho la familia decidió irlo a buscar por los bosques -Este Citadino seguro se ha perdido-. exclamó el padre con desprecio, mientras se adentraba en el bosque... Cuando escucho en las lejanias el sonido de la caída de una rama, y al creer que el muchacho estaba herido fueron en su rescate, cual sería su sorpresa al encontrarlo amarrando bugambilias en los troncos de los árboles mientras preparaba un plato de conejo asado...
Lo que era una cena de agradecimiento a los ojos de la madre de Marinette fue en realidad una gran sorpresa al percatarse de un anillo tallado con cuerno de ciervo... Todos entendían que estaba pasando pero esperaron a que el chico hablara - Señor y Señora Meneses, Marinette querida... No hace muchas noches nos dijeron que no dejarían a un noviazgo juvenil marchar hacia la capital por ende he decidido demostrar que soy un hombre y como hombre pido la mano de su hija en sagrado matrimonio, quiero que me acompañe como mi esposa, quiero desposarla y junto con ella entregar las cartas y cumplir mi destino manifiesto, servir a mi patria y ahora a esta, equestra familia a dónde pido ser aceptado y acogido como hijo porque yo cuídare de su hija y tú Marinette amor de mis amores... Espero aceptes con beneplácito ser mi mujer, y juntos ayudar a nuestra patria-. La joven se abalanzó sobre su amado mientras colocaba el anillo en su dedo  y pronunciaba con ahínco -Si acepto-.  Y pese a los enojos que produjo en los padres terminaron por aceptar y regresaron a la cabaña tomados de la mano.
Ya en la posada esperaron unas horas con un vino mientras hacían llamar al cura más cercano, quien en rito sencillo unió a la pareja en unión sagrada con la bendición del Dios Cristiano. Ya Dada la Cédula que acreditaba su sagrada unión eclesiástica, se dirigieron al cuarto de invitados a la que sería su noche de bodas.

- Bueno estamos aquí... - exclamó la chica con cierta timidez mientras se quitaba los zapatos y el velo.
- Hemos llegado muy lejos mi reina, pero me alegra haber llegado contigo- contesto Acosta mientras la tomaba por la cintura y la besaba en la frente.
Acto seguido la chica acerco sus dulces labios con los de su amado y en beso apasionado se unieron en un mismo ser, casi de forma natural y a una misma sintonía comenzaron a desprenderse de sus ropajes mutuamente hasta quedar solo en ropa interior, en ese momento algo de la timidez de la chica despertó y se paró en seco... Los besos, las caricias...
-¿Te ha pasado algo?- increpo su ahora esposo.
- No es nada, solo estoy nerviosa, he llegado pura para ti y tengo un poco de miedo- exclamó apenada la chica
- No tenemos que hacer nada que te haga sentir incómoda, mis días ahora los dedicaré a hacerte feliz, no te voy a obligar a algo así - contesto Brandon con gentileza mientras le ofrecía una sonrisa
- Gracias por entender, pero supongo que tengo que cumplir mis deberes de esposa, no quiero que te aburras de mi en nuestra noche de bodas- dijo la chica tristemente.
- Si te he elegido a ti, ¿Cómo se te ocurre que podrías aburrirme? Nuestra relación es como un gran pastel, los cariños, las caricias, los secretos, las charlas, son los elementos de este gran pastel... Tener intimidad sería la cereza, que si bien me sentiría extremadamente bien, no es necesario para que nuestro pastel este completo, llegaremos hasta donde quieras llegar- contesto el chico mientras la abrazaba dulcemente.
-entonces... Hagamos cerezas...- contesto la chica pícaramente mientras en los brazos de su amado buscaba de nuevo sus labios e introducía su lengua en su boca, era la primera vez que lo besaba de esa forma, eso provocó en el muchacho un éxtasis indescriptible, quien de forma abrupta y aún con las chica entre sus brazos desabrocho el sostén de su amada dejando su busto al descubierto, ella al sentir esto empujó al chico hacia la cama y se colocó encima de sus piernas, se agachó suavemente y coloco sus senos sobre la cara de su amado, quien de forma instintiva comenzó a estimularlos de forma oral lo cual provoco sé escapara un pequeño gemido de la chica, Brandon al escuchar a su amada sufrió una erección que la chica pudo sentir ya que estaba encima de el, comenzó a besarlo suavemente bajando por todo su torso hasta llegar a su ropa interior, despojandolo de esta, el chico al sentir que la estaba tratando como objeto la levanto, y la despojo también de sus bragas, la llevo a su altura y la beso gentilmente, mientras comenzaba a estimular sus genitales, lo cual provocaba los instintos más primitivos de Marinette quienes no tardaron mucho en sentir el morbo por contraer intimidad, Acosta la invitó a montarse sobre él, ella temblorosa acepto, y empujó poco a poco y lentamente sobre el miembro de su pareja, produciendo un leve sangrado... Había roto su Himen... Pero había construido un vínculo, un vínculo más emocional que físico, no era solo tener relaciones por tenerlas, era la unión de dos corazones en un mismo corazón, un mismo cuerpo... Que jadeo tras jadeo iba complaciendo un poco el interior de un par de chicos que aunque asustados, se sentían felices por Compartir tan íntimo vínculo el uno con el otro, hasta que finamente y tras llegar juntos el orgasmo ambos se abrazaron como lo habían hecho la primera vez que durmieron juntos hasta quedarse dormido, había pasado una noche, pero habían ganado una vida.

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⏰ Última actualización: Mar 27, 2020 ⏰

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