K R A C K ¹ 【TAEJIN】

C U A T R O

––Maldita sea. No debí llevarte al entrenamiento.

Maldijo Taehyung al escuchar por quinta vez, como Seokjin estornudaba mientras enrollaba su cuerpo en las sábanas de la cama. Su Seokjin temblaba, tenía los ojos y la punta de la nariz roja, estornudaba a cada segundo y la temperatura no bajaba. Estaba preocupado y furiso consigo mismo. Sabía que era un humano y no todos podían resistir temperatura bajas.

––Estoy bien.

Le escuchó murmurar y rodó los ojos.

––Me tomaré unas pastillas, me iré a trabajar y se pasará antes del medio día.

––No irás a trabajar. Te quedarás en cama. Llamaré a Hyuna a ver que puede hacer.

Se levantó buscando su teléfono en los bolsillos de su pantalón.

––No. Ya ha pasado una vez, puedo con esto, no te culpes.

Vio a Seokjin apartar las sabanas y levantarse hacia el baño entre intentos de controlar el equilibrio.

––No seas terco–– Tomó su cuerpo echándolo sobre su hombro y volviendo a la cama para arroparlo. ––Haré una llamada y tú llamaras a tu trabajo.

Seokjin ibaba decir algo, pero le lanzó una mirada amenazante hasta que lo vió tomando el teléfono, llamando a su trabajo para un permiso debido a su salud. Mientras tanto, levantó el teléfono a la altura de su oreja y esperó a que Hyuna contestara.

––¡Mi chico! ¡Qué milagros! Debería pedir un deseo.

Taehyung gruñó.

––No estoy de humor para tus tonterías.

––Nunca estás de humor.

––Hyuna, cierra la puta boca. Necesito que vengas a casa de Seokjin, tiene temperatura alta y estornuda a cada segundo–– Escuchó las protestas de Seokjin a sus espaldas, pero lo ignoró. ––Trae tus cosas de medicina, te necesito en diez a la dirección que te mande.

––Ni que se estuviera muriendo.

Taehyung apretó el teléfono con fuerza, importándole poco si lo rompía.

––Hyuna, si no vienes en diez, el próximo funeral será el tuyo.

––Bien, bien... Pero te recuerdo que mis servicios son sólo para los agentes, no para civiles

––Diez.

Colgó para después enviarle la dirección en un mensaje y volverse hacia Seokjin, quién ahora dormía. Se preocupó aún más cuando notó su cuerpo temblar.

––Mierda.

Se acercó a su armario y sacó otra sábana para cubrir su cuerpo y pegarlo a su cuerpo mientras frotaba su espalda tratando de generar calor.

Se prometió a sí mismo que sería la última vez que llevaría a Seokjin a su entrenamiento.

––¿Tae?

Escuchar su voz débil, le partió el corazón que comenzaba a latir y estaba dispuesto a luchar con la misma muerte si amenazaba con llevárselo.

––Dime, ángel.

Lo acercó más a su cuerpo para poder besar su frente y hundir su nariz en sus cabellos negros.

––Quisiera ir... A Osaka.

Taehyung sonrió. Imaginando a Seokjin corriendo sobre la arena con los pies descalzos o caminando a las orillas del mar, mientras el agua cristalina mojaba su piel.