Chains «Harry Styles»

Capítulo 4: Tres riquillos.

1 año después…

                Un año y unos cuantos meses han pasado desde el extraño accidente. A estas alturas no tengo idea de quién fue la persona que gritó, se que fue un hombre porque no podría olvidar la tonalidad de su voz, de hecho se repite en mi cabeza cada vez que trato de recordar sin éxito alguno lo que sucedió esa noche. Quizás grito para advertirme, pero si sabia mi nombre quiere decir que lo conocía, pero ¿Por qué no puedo recordarlo? Ni siquiera nadie se ha acercado a decirme “Hey fui yo quien grité”. Y eso se me hace muy extraño, además de que Mathew no tiene ni idea de quién era.

Desde entonces he sido mucho más cerrada de lo que era antes con las personas, la verdad es que no me interesa en lo absoluto en hacer más íntimos de lo que quisiera. Quiero decir, pues si he socializado un poco más, pero no pasan de eso “conocidos”.  Sinceramente, con Ethan y Mathew en mi vida me basta y sobra. No es que sea conformista, pero prefiero estar así.

En cuanto a mi relación con Ethan, después de tanto tiempo con el tuve que ceder a lo que él quería pues sí, perdí mi virginidad con mi único novio. Lo bueno es que paso con alguien que realmente quiero y no con cualquiera. Tengo 18, casi 19 y pues tarde o temprano tendría que pasar y después del accidente cumplí los 17 y digamos que esa noche hubo chispas, literalmente así fue. Desde eso mi relación con el ha sido más fuerte, muchísimo más, con absoluta confianza y comunicación. Sin embargo eso no quita que muy en el fondo le siga teniendo rencor por todo lo que paso, aunque sea muy en el fondo pero ahí está.

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Zayn Malik, hijo de Bruce Malik uno de los empresarios más ricos de todo Londres. Liam Payne, cuyo padre George Payne era socio de Malik al igual que Dess Styles. Tres riquillos, tres riquillos hijos de papis. ¿Cómo se ligaron con Alice Tyrell? Por su puesto, Mathew Kennedy era el culpable.

-          Ya Mat, te dije que no iré. –dije ya fastidiada de su insistencia.

-          Por favooooor –suplico haciendo cara de perrito– Llevo casi dos semanas tratando de convencerte para que vayas conmigo.

-          Vale, pero te cuesta tanto ir solo? –bufé– Además, tengo que fingir ser tu novia.

-          No precisamente, solo fingirás ser la puta de turno. –sonrisa burlista al ataque.

-          Oh gracias. –ironicé– ¿Por qué no le pides a una de tus tantas “amiguitas” que vaya contigo y ahí si cumples con tu regla de llevar a una puta?

-          Sabes que solo bromeo. –corrigió.

-          Capullo. –espeté

-          ¿Irás?

-          ¡QUE NO! –grité.

-          Amargada.

-          Bastardo.

-          Insoportable.

-          Gilipollas.

-          Vale, vale. –suspiró cansado– ¿Irás?