La historia de Kim NamJoon un chico de 21 que estudia medicina.
Voy conduciendo, sé que es rápido, muy rápido, pero no puedo parar. Quiero seguir, necesito seguir. Veo una luz muy potente... Escucho una voz lejana... Dice mi nombre... ¡Namjoon! No l...
Jin me miraba como si de un extraterrestre me tratase.
-¿Por "juntos" hablas de una relación? Porque entonces no podrías estar más que equivocado. Está saliendo con Jiminie. ¿No te lo dijo?
-¿QUÉ? NO TENIA NI IDEA. ¿Desde cuándo?
-Hace unos días... Querían decirnos a todos en la fiesta de aniversario de los padres de Jiminie... Pero yo los descubrí ayer afuera del supermercado, estaban caminando y no le tomé importancia hasta que se besaron, ¿Cuál "se besaron"? ¡Se tragaron! Y después me quedé hablando con Yoonie... Él me dijo que viniera a verte y decirte todo, me sentí tranquilo luego de eso, creo que necesitaba desahogarme.
Eso explicaba, prácticamente todo.
>>Y aquí estoy, diciéndote lo que siento, siendo muy sincero y aceptando lo que sientes por Rose, y como tú mejor amigo, apoyándote<<
-Vamos a ponerle un punto y coma a esto, por favor- murmuré apenas - Rose no... Rose no me gusta, al decirte que alguien me gustaba, hablaba de ti... Creí que era obvio.
- Claramente no.- Después se soltó a reí como pocas veces lo ví, y con el brillo característico de sus ojos miel- somos unos tontos, ¿No?
-Si, lo somos.
-Ven acá, Nammie~.
Me acerqué un poco, no sabía que me diría y estaba muy nervioso, el acortó la distancia dejando entre nosotros muy poco espacio, que a decir verdad no me incomodaba para nada.
Vi sus increíbles labios y me acerqué un poco más, fue cuando noté el sonrojo de sus mejillas detuvo mi beso por muy poco, pero pude ver la guerra interna que tenía, con la delicadeza que no poseo alejé su mano y junte nuestros labios, en una ligera danza, no tenía plan alguno de intensificarlo, pero al parecer Jin tenía otra idea en mente.
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Sentí cuando sus manos pasaron de sus costados a mi cuello y como se inclinó a la derecha para profundizarlo aún más, con la punta de mi lengua pedí permiso para sentir el interior de su boquita, cuando me dio paso a su boca oí perfectamente un:
