Capitulo 9: Triadas.

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Al comenzar la batalla, del otro lado se encontraba Carla junto a Vieri. Ella se percata del comienzo de la lucha, pero decide apartar a Vieri. El confuso le pregunta, el por qué lo aparta. Ella estaba también confundida, no porque tendría que apartar a Vieri, en carencia de su poder, si no porque ella sentía el deseo de protegerlo, ella inexplicablemente para un dios, tiene sentimientos. A lo que le dice.

Carla:- Entiendo que quieras pelear, pero esta es una fuerza que ni siquiera nosotros podemos tomar a la ligera.

Detrás de Vieri, Carla observa que Jhon se acercaba corriendo. Ella aprovecha para agarrarlos a los dos a lo que salta a la lejanía. Luego de dejarlos a ambos en un lugar seguro, ella les dice.

Carla:- Nuestra victoria no está asegurada, esto es lo mejor.

Cuando Carla se va, Vieri observa a Jhon con una mirada llena de motivación, el sabe que va a hacer.

Mientras tanto, yo observo a Cronos, el estaba a poco de terminar el ritual de invocación, con esto Caos podría tener un poder autosustentable para poder regenerarse por completo. Yo me lanzo a atacarlo cuando de repente aparece Atlas ante mí. El estaba enfurecido pero no conmigo, si no con Zeus.

Atlas:- Tu querido Zeus me ha maldecido. Pero ahora he dominado esta maldición y con esto tengo un mayor poder. Pero no quita que me vengare.

Yo lo miro con una sonrisa, a lo que le respondo.

Luctator:- Zeus no te maldijo, te hizo cargar el cielo, como castigo por haber matado a madres, hijos, e incluso sabios del Olimpo en tu asedio en Monte Olimpo.

El enfurecido por mis palabras, de su carga sobre sus hombros, invoca un meteorito que lo lanza directo hacia mí, esto no involucraba una dificultad para mi, pues, fácilmente lo desintegre con la Excalibur. Pero luego me percate de algo inquietante.

Atlas:- Tu orgullo por tu poder te precede, pero lo próximo podría ser un planeta o una estrella.

No debía tomar esto a la ligera, el poder de Atlas se podría equiparar al mío o al de Cronos. Si quería terminar con esto, sin que corra peligro mi gente, debía usar mi máximo poder.

Luctator:- Deorum mea patria stella. Astral me adducere adoraveris maximum coram me.

Al desprender el 100% de mi poder, destruía todo a mí alrededor. Pero estaba en un ángulo que comprometía a mis camaradas, mi ataque destruiría todo a nuestro alrededor. Hipersónicamente me desplazo del lado opuesto donde estaba lleno de plebeyos de los titanes que se desintegraban con los rayos de mi aura.

Debía ahora elevar a Atlas del suelo para que mi ataque no destruya la ciudad, no sabía cómo hacerlo. Hasta que de la nada una flecha encadenada cae del cielo. Era la flecha de Selene.

Ella miraba sonriente a Atlas mientras él se preguntaba "¿Por qué?".

Selene:- Dioses de la Luna que me acompañan durante las generaciones, retraigan esta flecha encadenada de los resentimientos. Guíen a este desertor a nuestro mundo de paz y acabar con el mal que lo rodea.

La flecha encadenada atraía a Atlas a la mismísima Luna. Las palabras que usó eran muy similares a las que uso para la invocación de la Excalibur.

Luctator:- Arma traída por los dioses, ven a mí para usar el poder de cada uno que te empuñó, para dar fin al mal que nos rodea. Invocándolo con el poder astral, llamo a la espada sagrada, ¡Excalibur!

Cuando apunto mi espada en dirección a la flecha encadenada, la Excalibur recibe una señal. Pero la flecha encadenada no era la que lo emitía, era la que lo recibía.

La Tríada de Héroes II - La Guerra Entre TitanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora