7. 》Salvenme..《

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[Narración omnisciente]

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[Narración omnisciente]

Ya la noche iba pasando con las diferentes fiestas en las fraternidades; la más descontrolada y bulliciosa era la de los 10 mandamientos, donde cualquiera perdía la decencia a cierta hora. En esa casa no era de sorprenderse pues tenían la peor reputación del campus. De la gran casa solo se veía salir a un rubio con el cabello alborotado, la camisa desacomodada y labial por el cuello y rostro; se notaba molesto, con las manos en sus bolsillos y la mirada algo perdida en el cielo durante su andar, sin darse cuanta maldecía por lo bajo con el ceño fruncido. A cada paso que daba solo buscaba alejarse de todo ese bullicio.

- Esto ha sido más aburrido de lo que pensé - Dijo sin ganas mientras seguía su camino. Había ido a la fiesta para ver si encontraba algún juguete nuevo con el cual satisfacer sus ganas; pero no era la razón real ya que no consiguió nada de su interés o a la persona que tenía toda su atención, ya que había asistido con la única intención de ver a la albina quien había pasado la noche entera con su primo, lo cual le causaba un gran disgusto.

Al llegar a su cuarto empezó a quitarse su camisa aun con algo de molestia. La noche había sido una pérdida de tiempo para él, pues ahora se encontraba fastidiado y empezaba a dar vueltas por toda su habitación, jalando un poco su cabello desordenado mientras desviaba la mirada al frente con una esperanza vana, pues vio que las persianas de su vecina estaban abiertas pero todo su cuarto se hallaba oscuro y tenía que entrecerrar sus ojos para ver con mayor nitidez algún objeto, y solo se llenó de decepción.

- Aun no llega...- Susurró, notando el silencio del lugar.

Comenzó a andar sin camisa, sintiéndose asfixiado entre esas 4 paredes. Algo lo molestaba o algo lo atormentaba, no sabía pero ese sentimiento estaba ahí. Arrojó sus zapatos a una esquina por la frustración, caminar solo con pantalón era más cómodo para él. Después de un rato de vagar por todo el lugar, decidió solo tomar asiento en su escritorio, colocándose sus lentes con cansancio; su mente no estaba al 100% esa noche.

Perdió sus ojos en un par de hojas que levantó pero por largos minutos solo las contempló sin prestar atención alguna a estas, ya que su vista se desviaba de vez en cuando a la ventana de su vecina quien, a pesar de la hora, no daba señales de regresar.

- Tal vez los juzgué mal. Ambos se veían muy divertidos juntos así que esta sensación no debe ser nada... ¿No? - Dijo con confusión y duda mientras volvía adentrarse en sus papeles, empezando a escribir con una mano en la cabeza alborotando sus rubios cabellos, intentando no pensar en ella mientras una tenue lluvia amenazaba con inundar las afueras del lugar.

-En otro lado-

- No, basta... ya déjame... no quiero... - Eran los ruegos de la joven, entre jadeos de dolor y súplicas, mientras se encontraba abajo del varón peliblanco, quien mordía y chupaba sus pechos, jugando toscamente y sin cuidado alguno con sus pezones haciendo que la albina soltara más lagrimas por la desesperación. Aquella zona se tornaba de color rojizo mientras unas marcas amoratadas se formaban a su alrededor. Aún con aquella tortura, ella jalaba con desesperación el cabello de su agresor, intentando alejarlo, más recibió una negativa de este cómo repuesta.

LEERTE FUE MI PERDICIÓN EN REPARACIONES ⚠️🚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora