10. 》Secretos al descubierto《

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[Narración omnisciente]

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[Narración omnisciente]



La peliblanca no podía creer lo que veía o lo que sostenía. ¿Qué hacía Meliodas con una prueba de embarazo y un ultrasonido? Sus pensamientos le jugaban una mala pasada pues todo tipo de ideas llegaron a su cabeza, hasta que fueron interrumpidas pues alguien le quitaba de sus manos ambas cosas con algo de brusquedad, ganando su sorpresa y miedo. La chica al girar la mirada notó que cierto rubio se había despertado y con una expresión molesta sostenía lo que le había arrebatado; este se había levantado de la cama aun desnudo, yendo a encender la tan molesta luz que por la oscuridad de la noche al verla los había dejado un segundo cegados. Aun en un silencio incómodo, él se puso sus pantalones sin dirigir la mirada a la peliblanca, solo se dignó en acercarse a ella y arrebatarle la caja que había sacado sin su permiso, poniendo la prueba de embarazo y el ultra sonido de nuevo dentro de esta, cerrándola mientras se dirigía al su armario a guardarla.



- ¿Que no te enseñaron a no ser tan curiosa? - Dijo con evidente molestia en sus palabras mientras cerraba su armario de un portazo, haciendo denotar más su enojo.



La peliblanca no sabía qué responder. Tenía, hasta cierto punto, razón ya que no debería haber esculcado entre sus cosas sin su permiso. "Pero ahora éramos algo ¿no? Tenía un poco de derecho a saber más él", pensó mientras se levantaba del suelo decidida a saber por qué tenía esas cosas guardadas.



- Perdón Mel pero se me cayó el celular cuando quise ir al baño y vi la caja sin querer. Solo quería saber más de ti y, bueno, mmm... - nerviosa empezó a apretar el borde de la camisa que usaba - ¿Por qué tienes una prueba de embarazo guardada y ese ultra sonido?... ¿Son importantes para ti? - se dio el valor de decir con una voz firme, suave y la vez con duda mientras lo veía algo tenso, aun apretando el picaporte del armario y mirando este con una mirada perdida.



- ¿Acaso te importa? No metas tu nariz donde no te llaman, Elizabeth - había respondido de manera seca, caminando hacia su escritorio mientras apoyaba sus manos en este intentando relajarse y conservar la poca serenidad que tenía en esos momentos. La peliblanca lo miro sorprendida, con la mirada desencajada por su manera en la que le había respondido, pero tratarlo en esos tres meses le dio el valor de encararlo.



- Meliodas yo quiero saber. Tengo el derecho saber por qué diablos tienes esa prueba de embarazo. ¡Dímelo! - Exigió molesta elevando la voz un poco, con el cuerpo temblando. Por el comportamiento del rubio entendía que él tenía un pasado, pero ellos ya eran algo. ¿Por qué ocultar algo? Este solo se quedó estático, respirando ya de manera más pesada hasta darse la vuelta con el ceño fruncido, mostrando una mueca de molestia y empezando a acercándose a ella de golpe, de una manera amenazante.



- ¿Qué derecho? ¡Dime cuándo te ganaste el derecho a algo conmigo! ¡Tú no me debes explicaciones de nada y menos yo a ti! - este empezaba a elevar la voz mientras la miraba. Su manera de hablar irónica y a la vez cortante con ella parecía burlarse del pensamiento de la chica sobre "ser algo más".

LEERTE FUE MI PERDICIÓN EN REPARACIONES ⚠️🚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora