Congelados nuestros ojos por la muerte, la vida trata de darnos un último beso con sus labios olor a flores.
Nuestra piel se transforma en secas hojas de hiedra venenosa.
Polvo de recuerdos olvidados corre por nuestras venas
Lenguas muertas brotan de las fauces de nuestra memoria
Y una lágrima –la última– es atrapada por el suspiro de la vida muriendo.
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Escritos Nocturnos.
Novela JuvenilRecopilación de pequeños o largos escritos que escribí en la madrugada.