Tres.

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La noche había llegado a Malibú, lucía tranquila y como cualquier otra noche.

Anthony cocinaba una sopa instantánea para su cena, no tenía ganas de cocinar.

Estaba un poco nervioso y cuando está nervioso no cocina, porque teme arruinar la comida.
El causante de sus nervios era precisamente James, Tony siguió el consejo de su amigo e invitó a James a una cita. Cita tendría una cita por primera vez después de lo sucedido.

El moreno terminó la cena para irse a dormir, le dolía la cabeza, pero antes de irse conectó, como siempre, su grabadora a la laptop, está vez no sería testigo de sus hazañas del día.

Tony dormía.

Y la noche calmada dejo de serlo para volverse violenta, la lluvia se volvió más fuerte y la luz en el edificio se fue, interrumpiendo la transmisión entre la grabadora y la laptop.

Mientras Tony dormía, la computadora se reinicia a su estado original, pero lo que anteriormente fue dictado no será grabado y Tony nunca lo sabrá.

[•••]

Al día siguiente la vida del castaño era igual a la de todos los días.
Despertar, leer su libro, salir a caminar, verse con Rhodey, ir a trabajar y regresar a casa.
Esa era su vida rutinaria desde lo ocurrido.

La puerta de su apartamento fue abierta sin previo aviso, era su amigo Rhodey, no entendía porque estaba ahí, no había ninguna nota que dijera que lo había invitado, sin embargo, ahí estaba sentando en una silla con una sonrisa.

—¿Y qué tal la cita? —preguntó ansioso de respuestas.

—¿Eh? —Tony parecía ajeno a la situación de la que hablaba Rhodey.

—Lo sabía, sabía que no irías, eres cobarde —azotó la mano sobre la mesa.

—Rhodes, no sé de qué hablas.

—¿Qué día es hoy?

—¿viernes? —le dio un sorbo a su café.

—¡Tony! —exclamó—. Ponte tu ropa de citas, yo iré por unas lindas flores y luego te llevaré, tal vez sea tarde para llegar al lugar, pero por suerte tenemos la dirección de su edificio —sonrío con los pulgares arriba.

—¿Ropa de citas? —arqueo una ceja, todo el tema era desconocido para Tony.

—¡Muévete y quita tu cara de idiota! —tronó loa dedos.

Cita, iba a tener una cita.
Muchas dudas pasaron por su cabeza, dudas que tendrían que ser resueltas más tarde, ahora estaba concentrado en usar una ropa adecuada, pero que iba usar si ni siquiera sabía el lugar de la cita, ¿Tendría que ir formal ó informal?

—¿Me veo bien? —interrogó a su amigo que lo esperaba afuera del cuarto.

—Estás aceptable —alzó el pulgar en aprobación—. El haberte rasurado te da un aire más juvenil.

—Okay —dijo dudoso.

—Ahora lleva ese trasero al auto, tenemos una cita que salvar.

Y así es como los dos salen de apartamento para ir en la dirección de James.
Se encontraban justo en frente del edificio.

—¿Necesitas un empujón? —bromeó.

—No, estoy nervioso — vaya que lo estaba sus manos sudaban y temblaban.
En el pasado él era un Casanova, quien diría que ese casanova seguro y sarcástico estaba tan nervioso por salir con alguien, pareciera que era la primera vez que invitaba a alguien a salir.

Remember meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora