Capitulo 1EMMA

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Emma Swan, primogénita de Blanca Nieves y el príncipe David, próxima heredera al trono de Mist Haven, joven, inteligente, ágil y algo... rebelde.
Cuánto le gustaría ser la menor de un montón de hermanos y no tener que ser la heredera al trono, o bien que, sus padres fueran eternamente jóvenes y no murieran.

Sus padres, eran jóvenes cuando la concibieron, y lamentablemente ella había pasado por lo mismo. En los adentros del bosque encantado conoció a un ladrón, y aunque el enamorarse no fue cosa de un segundo, y los matrimonios a una corta edad no eran extraños en aquellas tierras, el matrimonio era lo de menos. Tenía 18 años cuándo se casó, y tuvieron un hijo. Más de su hijo no recuerda mucho, recuerda el haberlo visto una sola vez, cuándo lo tuvo por primera vez en sus brazos y como esa, fue la última vez. La que una vez había sido la madrastra de su madre, "La reina malvada", se lo arrebató. Y como si el perder a su hijo no hubiera sido lo único, su esposo, tuvo que irse a la guerra de los ogros. Ogros que sobrevivieron a la última guerra, emergieron, volviendo a atacar. El reino de su madrastra, una mujer bella, benévola e inteligente que había esposado a su padre, un poderoso hechicero de más de trescientos años. Y aunque su padre, Rumpelstiltskin, le había rogado usar su magia para detener a los ogros, Baelfire se negó. Al igual que su madrastra, quería ser un héroe.

Jamás volvió a saber algo de él.

¿Estaba muerto?, nadie lo sabía, nadie sabía de él y nadie lo había visto.

Y así fue, aunque no se sabía nada, lo consideraron muerto. Emma había tenido la pérdida de su hijo y de su esposo.

Más se estaba acostumbrando a las decepciones.

Dentro de poco, el cumpleaños número cinco de su hermano menor, el príncipe Neal, se acercaba, y consigo una gran celebración, pues junto con eso, también su coronación.

Todo un año de fiestas en el reino.

Su coronación llegaba pronto.
No porque sus padres estuvieran a punto de morir, sino porque así lo habían decidido ellos. Era momento de que Emma tomara sus responsabilidades en serio. ¿Qué mejor como conocer al reino?

A Emma le parecía una broma, conocía las paredes del castillo, cada rincón y pasadizo. Así como cada calle, valle, tienda, comercio, muelle, es más, cada partícula del bosque encantado, como conocía la palma de su mano.

-Cuando me refiero a conocer el reino, me refiero a conocer el pueblo, a sus habitantes...- Le dijo su padre.

Si bien tenía 26 años, parecía una adolescente.

-¿La coronación será en qué?- Empezó su madre -Un año Emma. ¡Un año!

-¿Y?- Rezongaba -Aún hay tiempo.

-Por eso será la coronación Emma- Continuó David.

-Para que tomes en serio tus responsabilidades como futura reina.

-De acuerdo, sólo... No quiero conocer monarcas que me ayuden a esto de, los deberes reales y todo eso- Rogó pero se quedaron callados.- Díganme que no lo hicieron...

David suspiró y Nieves ocultó su mirada con la de su hija.

-¡Mamá, papá!

-Será de buena ayuda para ti- Respondió David- Te ayudará mucho, pasó lo mismo que tú, ¡incluso más joven!

Emma ya tenía en mente la imagen de un duque o un rey que pasaba de los cuarenta, tal vez entre los cincuenta, con barba, refinado, y lo peor de todo... aburrido.

-Se llama Elsa, es la reina de Arendelle, un reino vecino, subió al trono cuando tenía veintiuno, te ayudará mucho- Le suplicó Nieves.

Ahora su imagen era peor, si ella encontraba algo más aburrido que su descripción anterior, era que fuera una mujer. Ahora su imagen cambiaba a la de una mujer, pasada de los cuarenta, terriblemente estricta, refinada, aburrida y con cara de pocos amigos.

Eso era aún peor.

-Llegará esta noche al muelle- Le advirtió su madre y Emma sabía lo que significaba.

Ir a por ella.

Se montó en su caballo de cabellos dorados, había sido uno de los regalos de Neal, y era su potro preferido.
Su nombre era "Volks", y como se molestaban mutuamente, a Emma le gustaba pensar que también era un humano y lo insultaba llamándolo "escarabajo", Volks se hacía el ofendido y la golpeaba con su cola. Pero ese día no estaba de tanto humor como para llevarse con él.
No le gustaba que le pusieran silla.
Ni casco de equitación, ni riendas.
Le gustaba montar libremente.

Subió al caballo y salió al bosque.
¡Justo la dirección que su madre le había indicado!

Si bien era una princesa, eso no le iba a impedir jugar un poco. Llegaría tarde al muelle y con eso, la sacaría de sus casillas.

Definitivamente tenía alma de adolescente.

Cuando llegó al bosque sacó un pedazo de carne de su bolsa y la extendió.

-¡Eh!- Gritó -¡Ruby!

Un lobo salió tímidamente a oler el pedazo de carne.

-No juegues conmigo- Le dijo al lobo- Quiero hablar contigo, no gruñir.

El lobo le gruño y lentamente se fue convirtiendo en una mujer.

Ruby era mayor que Emma, de hecho tenía siete años cuando Blancanieves calló en el hechizo de la reina malvada.
Y Blancanieves era diez años mayor.

-¿Haz escuchado de un barco extranjero en el muelle?

-Hace unas horas llegaron dos barcos al muelle.

-¿Sabes de donde venían?

Ruby se encogió de hombros mientras le echaba un vistazo al pedazo de carne. -Uno de ellos era un barco pirata, el otro no logré verlo bien.

-Gracias- Le dijo, entregándole el pedazo de carne -¿Que hacías en el bosque, por cierto?

-¿Que haces tú aquí?- Se rió -Vengo a practicar. Quiero aprender a controlarlo sin la capa.

-Pues enhorabuena- Sonrió subiendo al caballo - ¡Nos vemos pronto!

Y se fue al muelle.

Bleeding Out (OUAT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora