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Louis llegó a su casa un poco devastado, con la respiración agitada, nadie importante se encontraba despierto a estas horas y estaba seguro que su madre había decidido dormir solo porque el le había avisado de lo tarde que llegaría a casa por el baile.
la oscuridad consumía por completo la sala de estar y ningún sonido era relevante en ese momento, tan solo la madrea crujir o las manecillas del reloj colgado en la pared, pero de ahí en más absolutamente nada.
En verdad estaba preguntándose que era lo que seguía ahora, que era lo que seguía después de haberle confesado sus sentimientos hacia Harry a Zayn, se preguntaba si el moreno le diría de inmediato al rizado, si el rizado lo perdonaría o como se comportaría con el después de enterarse. Como reaccionarían sus padres, sus amigos y la escuela completa, todo esto era una jodida mierda y Louis estaba a punto de reventar mientras subía las escaleras a su habitación, estaba demasiado cansado para darle respuesta a todas las dudas y preguntas que su desastrosa cabeza formulaba, así que con tan solo posar la cabeza en su almohada de una forma brusca se quedó completamente dormido.

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El auto de Louis se estacionó de mala gana en medio de las lineas amarillas en frente de la escuela, la noche había sido corta y al parecer su cerebro y cuerpo siquiera descansaron bien, pues todo su cuello parecía estar molido y su cabeza lo torturaba como si de una resaca se tratara. Los azules ojos de Louis recorrieron el lugar, nadie parecía haberse enterado de lo que pasó ayer en la noche y claro que agradece eso, lo que el rizado menos necesita ahora es personas sin vida haciéndole preguntas entrometidas solo para dar de que hablar a los demás.
Solo tenia dos planes para hoy, el numero uno era asistir a todas sus clases y el otro era ir al hospital a verificar que la salud que le había prometido la enfermera fuera verdad, así que sin muchas ganas de hacer el plan uno entró de mala manera a la primera clase del día.
Sus compañeros reían y hacían bromas de mal gusto, sus risas taladraban en la cabeza del castaño, haciendo que cerrara los ojos y apretara los dientes de manera desesperada, estaba a dos segundos de pararse de su lugar y aventarles su mochila solo para que cerraran la maldita boca, pero no podía hacer eso, no iba a dar ningún espectáculo, no hoy.
Su pie golpeaba con desesperación el   suelo del salón de clases, después de pasar casi 5 horas metido en este maldito salón estaba totalmente decidido a irse, el reloj de su celular marcaba las 12:48 de la tarde, su vista se alzó nuevamente hacia la pizarra y justo cunado estaba punto de mandar todo al carajo y levantarse de su lugar para irse volteo hacia atrás, encontrándose el asiento de Zayn vacío, sus azules ojos se clavaron en aquel raro tipo que lo estaba haciendo enloquecer días atrás, su vista estaba clavada en el celular que trataba de esconder bajo la banca, su frente estaba llena de gotas de sudor y sus ojos se levantaban cada dos segundos verificando en una mirada asustada que nadie lo estuviese viendo, sus ojos cafés de repente se encontraron con los de Louis, el castaño no corrió la mirada o disimulo estar viéndolo, mas bien solo se concentro en lo mal que se veía y el hubiera hecho algo, a no se por el sonido de nudillos estrellándose con la puerta de madera. El sonido hizo que todos voltearan y el pobre chico escondió el celular entre sus piernas y luego volteo a ver con una cara de horror la puerta, de la cual ingresó la subdirectora, con una mueca de incomodad en la cara, seguida de dos corpulentos hombres en traje de policía.
-Sam Parker, ¿Puedes salir un momento con nosotros?.
Louis frunció el ceño y volteo hacia atrás una vez mas, viendo como Sam se negaba totalmente a salir, el ceño de Louis siquiera acabó de disolverse, cuando las cuerdas en su cabeza se desanudaron por completo, teniendo idea de porque lo estaban buscando a el y  por que se veía tan nervioso. La mandíbula de Louis se tensó y sus ojos ardieron en llamas, sus puños sobre la mesa alertaron a mas de uno a su alrededor y antes de que el cuerpo policial entrara a arrastrar el cuerpo del tipo, Louis se levantó de su lugar y camino hacia donde el chico de tez amarillenta.
-Dime que no fuiste tu.
Louis habló entre dientes, haciendo que todos le prestaran atención, guardado absoluto silencio a su alrededor.
-Tu me lo pediste.
La voz del chico tembló y como si de un blande de agua fría se tratase, una ráfaga de fragmentos de ese día lo apuñalaron. Su estomago se revolvió y el coraje que en sus venas corría estaba apunto de salir por donde sea que fuera posible.
-Tu y yo no somos amigos, jamás lo seremos, eres un hijo de perra.
Louis habló con furia, escupiendo cada una de las palabras, haciendo que Sam cerrara los ojos y comenzara a llorar, Louis no tuvo compasión del chico y sin siquiera se consiente de ello, levanto su puño en el aire y lo estrelló contra la mejilla del rubio, haciendo que cayera al suelo de un movimiento en seco, Louis no paró ahí, pues en el suelo comenzó a golpear las costillas del chico sin parar.
-¡Detente ahora chico!.
Uno de los policías lo alejó del cuerpo tirado en el suelo, Louis aun sentía su sangre hervir, su nariz se expandía en cada respiración que hacía y sin esperar ni un segundo más salió disparado del salón hacia el estacionamiento, necesitaba ver a Harry, asegurarse de que estaba bien.
Louis de todas formas estaba consiente de que el era igual de culpable que Sam, pues estando ebrio o no, nunca tuvo que haber dicho esas malditas palabras, el no deseaba a Harry muerto, el no quería quitarle la vida, el quería regresarse la.
Cuando por fin puso un pie fuera del auto y sus ojos se encontraron que el establecimiento blancuzco su corazón se tranquilizó un poco, sus piernas temblaron un poco cuando pasó la puerta de cristal delante de el, a lo lejos se veía la sala de espera pero no había ninguna persona conocida en ella, así que se decidió a preguntar en recepción.
-Buenas tardes, quiero información de Harry Styles.
Ya no era el hombre de ayer, ahora había una joven muchacha que tecleo rápido en el teclado.
-Esta en la sala numero 17, puedes entrar si así lo quieres, el tiempo de visitas casi acaba, el chico esta estable.
Louis agradeció un camino con pequeños pasos leyendo el numero de las puertas en el largo pasillo blanco, su corazón latió rápido cuando el 17 en una placa brillante apareció en su vista.
Tan solo entrado Louis vio a una anciana acorrucada contra las almohadas, siendo separada de la mitad de la habitación por una cortina, el castaño tragó saliva y camino de manera silenciosa hasta cruzar por completo a la señora, abrió con cuidado la cortina consiguiente a la de la anciana y frente sus azules ojos estaba el flacucho cuerpo de Harry recostado en la camilla, con un suero clavado en el brazo, un despachador de oxigeno y una bandeja de comida sobre sus piernas, su madre estaba haciéndole compañía y en cuanto lo vio asomarse por las cortinas se levantó de imediato.
-¡Joven! que bueno que te veo otra vez, ayer  siquiera me dejaste agradecerte por pagar los gastos del hospital, estoy tan agradecida contigo.
Harry volteo a ver con una mueca de sorpresa el cuerpo del castaño, su madre ya se encontraba rodeándolo entre sus brazos y Louis no hizo nada mas que corresponder de manera amable el abrazo.
-Iré por Des y liam, les diré que viniste una vez más.
La amable mujer no esperó un segundo mas y salio del pequeño espacio, dejando solos a ambos chicos, viéndose directamente a los ojos, sin una mínima idea de que decir, Harry se aclaró de manera nerviosa la garganta y bajó la vista hacia el plato de comida a medio comer.
-Gracias por la sangre y por los gastos y por preocuparte y por venir a ver si estoy bien.
Harry siquiera fue consciente de su constante uso de la "y".
-De nada Harry, no tienes nada que agradecer.
Louis sonrió un poco al ver las mejillas del menor encenderse en rojo, su cabello estaba muy esponjando y solo lo hacia lucir adorable.
-Harry perdóname.
Louis susurró y agachó la mirada, buscando las palabras correctas para expresar sus sentires, para demostrarle al pequeño chico que no lo estaba haciendo de ninguna manera mala.
-¿Porque?.
No me hagas esas preguntas Harry.
Louis pensó, aun sin estar preparado para confesar sus sentimientos.
El rizado extendió extendió su mano hacia Louis, con una tímida sonrisa en los labios y las mejillas rojas.
-Solo no la rompas, si no la quieres tomar dime y eso bastará.
Louis se abofeteó mentalmente y negó con la cabeza, sus manos estaban sudando y probablemente también estaban temblando pero sin arrepentirse tomó la suave mano del rizado entre la suya, suspiró cuando los cálidos deditos del de ojos verdes tocaron los suyos.
-Harry tu me...
Louis susurró siendo abrupta-mente interrumpido por un Liam totalmente furioso entrando a el lugar de Harry,
-¡TU FUISTE MALDITO BASTARDO!.
Fue lo que Liam gritó entes de lanzarse hacia a Louis, golpeando su mejilla en un golpe seco, el cuerpo del de ojos azules tocó la pared, su nariz estaba sangrando y Louis en verdad quería que Liam lo moliera  Golpes ahí mismo, porque se lo jodidos merecía, se merecía que lo golpeara hasta dejar su rostro irreconocible, que lo hiriera hasta curar todo el daño que ha provocado al pequeño cuerpo de Harry tirado en la camilla.
-¡Liam basta!.
Harry gritó con lagrimas en los ojos, sabiendo que no podía hacer nada para detener la pelea.
-Vete antes de que yo te mate, porque yo no soy tan cobarde como tu, yo nunca mandaría a asesinar a una persona inocente.
Louis mantenía sus manos en su nariz y volteo a ver a Harry, quien negaba mientras derramaba amargas lagrima.
-Lo siento tanto...
Louis susurró hacia Harry, retrocediendo hasta salir de la habitación por completo, en el pasillo se encontraba la madre de Harry inundada en lagrimas, un par de policías y Zayn mirándolo con atención, Louis sabia que el moreno le creía a el, sabia que lo hacía, pero de ninguna manera iba a convencer de lo contrario a las demás personas.
Sin decir una sola palabra, los dos señores lo tomaron de los hombros y lo comenzaron a dirigir hacia la salida, le dirigió una ultima mirada a Zayn y luego cerró los ojos, todo esto era mierda.

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