Hydrangea

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Hortensia: Es un arbusto vivaz de hasta 1,50 m. de altura. Sus hojas son de hasta 20 cm. de longitud, son opuestas, verdes oscuros. Formadas por capítulos con flores blancas muy pequeñas rodeadas de membranas del mismo tono, fucsias, rosadas o azules (pasando por tintes similares). Recientemente, se ha puesto de moda en algunos países fumar las flores de las hortensias por sus efectos alucinógenos, aunque esta práctica es peligrosa porque durante su combustión se produce ácido cianhídrico, un componente muy tóxico. En algunos lugares se cree que la hydrangea atrae a los muertos o a la muerte.

Movía la cabeza al compás de la música que oía a través de sus auriculares

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Movía la cabeza al compás de la música que oía a través de sus auriculares. Cualquier melodía lo ponía contento. Mejor dicho, Taehyung siempre estaba contento.

Vio entrar a un nuevo cliente que observó las hortensias. Rozó las de color lila con sus dedos. Tomó una, arrancándola. Ese gesto no le gustó para nada al joven dueño de ese local. Acercó la flor a su nariz y la olfateó.

-Tienen un aroma peculiar, no siempre es perceptible. - Informó Taehyung, bajando un poco el volumen. El chico de 21 años miraba al pálido con cierto aire de locura, deseando poder convertirlo en abono. Era guapo, pero no podía comparar su belleza con la de Jungkook.

-Eso no importa. - Dijo encogiéndose de hombros. -He oído que estas flores tienen un efecto similar al de la marihuana.

Taehyung largó una carcajada. El otro lo miró serio, no entendiendo la razón de esa risa contagiosa. Parecía un lunático, lo mires por donde lo mires. Esa sonrisa histérica, sus manos haciendo movimientos involuntarios. Esa mirada penetrante y perturbadora.

- ¿Dónde oíste eso?

-Por ahí.

-Pues así es, pero te recomiendo no intentar fumarlas. Debes elegir las correctas si no podrían hacerte daño.

- ¿Las escogerías por mí? - Extendió más allá sus labios y sus manos, suplicante.

Podría imaginar la cantidad de arbustos que podrían crecer bajo tanta belleza. Si tan solo no fuera fumador. Taehyung era específico con sus víctimas, le gustaba que gozaran de una buena salud, pues no quería que algún cáncer de pulmón infectara sus plantas, llegando hasta matarlas. Era precavido y cuidadoso. Por eso ese chico no era el indicado para ser la siguiente ofrenda a su patio.

-Las blancas de ahí. Esas pueden funcionar. Pero intenta no poner mucho en el cigarro, no tiene mayor efecto con mayor cantidad.

El pálido con tatuajes de calaveras y otras cosas siniestras tomó un ramo y se lo tendió a Taehyung. Lo agarró y lo envolvió en un pequeño papel. Con suma delicadeza, él era un experto en ese trabajo. Rozó los pétalos de las flores, una última vez. Como si eso fuera una despedida. ¿Qué se le iba a hacer? Taehyung estaba enamorado de la naturaleza de los capullos.

- ¿Las has fumado alguna vez?

-No, yo no fumo. El humo hace mal a mis plantas. - El otro lo miró apenado, torciendo su cabeza un poco.

Le pagó por las flores, dándole cambio y mostrándole a Taehyung más sus tatuajes. Le gustaban, pero no había comparación con los de su vecino.

- ¿Te puedo pedir un favor? - El morocho asintió. -Cuando el salón de tatuajes de al lado esté por fin abierto, ¿me avisas? Necesito hacerme nuevos tatuajes, y ahora que hay un nuevo tatuador cerca, quiero aprovecharlo.

- ¡Claro! Se mudó ayer, así que supongo que tardará en instalarse, pero te diré cuando termine.

- ¿Te puedo dejar mi número? - Dijo el otro con cierto aire de picardía en sus ojos, lástima que los de Taehyung estuvieran puestos en Jungkook. Aceptó y le dejó el celular. -Anótame como Yoongi.

Se retiró del local, dejando a Taehyung con su música. Concentrado en eso. Mentalmente hacía una lista de las distintas cosas que debía procurarse hacer antes de llevar a cabo el acto de asesinar a su nuevo vecino. No podía invitarlo así nomás a su casa. Tenía que ser algo sencillo, cuando su relación sea más sincera y se conozcan mejor. Y conocer y llevarse bien con alguien lleva tiempo.

Y cuesta flores.

Tomó la flor que Yoongi había arrancado y la puso en su cabello. Salió con una enorme sonrisa de su tienda y se dirigió a la de al lado. Golpeó el vidriecito, curvando sus manos y poniéndolas sobre él para ver dentro una vez que acercó su cabeza. Vio como Jungkook iba a atenderlo.

-Hola, emm...

-Taehyung, ¿ya te olvidaste de mí? - Su tristeza se vio reflejada en su rostro.

-No, no. Tu eres el de al lado, el chico de la flor. - Señaló el colorido adorno lila en su cabeza.

- ¿Te gusta, Jungkook? Ten. - Desenredó el tallo de su cabello enrulado con cuidado y luego se la tendió. Regalándole no solo una simpática mueca con sus labios. Jungkook acercó su mano, temeroso, no quería volver a lastimarse. Taehyung notó un curita en su dedo y se sintió algo culpable por ser el causante de aquél mal. -No tienen espinas.

La agarró de una vez y se la llevó a la nariz. Es un reflejo natural de cualquier persona, oler las flores una vez que las tienes bajo tu control. Taehyung estaba satisfecho.

-Gracias, Taehyung. La guardaré dentro de un libro. - Le sonrió, fue la primera vez que vio sus labios curvados, y se sintió desfallecer. Ya podía sentir el olor de unas nuevas hortensias creciendo en su jardín.

-No hay de que, Jungkook. Debo irme. Nos vemos. - Saludó con su mano y se alejó a su tienda, dejando a un tatuador inquieto y curioso observando la flor misteriosa.

Roots Ink; taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora