Capítulo 6

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     –Al llegar al sitio acordado, caminamos mientras manteníamos una agradable conversación. Al acercarnos a un viejo puerto, me dijo.

Amelia—Es por aquí...ven.

Llevándome de la mano, me acercó a la orilla del muelle. Me senté a su lado, retirándome los zapatos, y arremangando los bordes de mi pantalón, deje caer mis piernas al agua, ella, hizo lo mismo.

Amelia—Es hermoso este lugar ¿No lo crees?

Andrey–Sí...– inhale, quedándome en silencio para escuchar el romper de las olas, al exhalar sentí ese profundo alivió de estar en contacto con el mar y luego añadí—¿Por qué me has traído aquí?

Amelia—Sé que te gusta mucho el mar...

¿Se preocupaba por mi? ¿Estaba interesada en mi? Lo que agregó luego de eso me confirmo mi hipótesis.

Amelia—Además...consideré una pertinente charla contigo, Andrey.

Andrey—¿Qué sucede?

Amelia—Seré breve, es Elena. Me dijo que sentía algo por ti, Andrey, no quiero que te confundas conmigo. Desde que llegué de California ella ha estado para mi, no puedo hacerle esto.

Andrey—¿Qué? Pero, Amelia, si fuera tu amiga entendería que no estoy interesada en ella, se lo he dicho en diferentes ocasiones.

Amelia—Andrey, no quiero problemas con Elena.

Andrey—Amelia, no estaría con ella jamás.

Mi mano se extendió para tomar su rostro y acercarle al mío.

Andrey—No sería capaz de hacerlo, teniéndote a mi lado.

Amelia—Ella es mucho más linda que yo, Andrey...

Mirándole a sus hermosos ojos cafés y ella mirando el ámbar de mis ojos parecíamos emanar el sentimiento mutuo, una conexión más allá de lo íntimo.

Andrey–Amelia...te contaré una anécdota que te hará cambiar de opinión, hace mucho tiempo un amigo, conocido como "El señor T". En una noche de fiesta entre un grupo de colegas observaron a otro selecto grupo de chicas guapas y arregladas, excepto una, quien era más modesta. Entre los amigos se empezaron a preguntar con cual estaría cada uno, cuando llego el turno de T, dijo lo siguiente de manera confiada «entre todas esas chicas, apostaría por la que está menos arreglada y más concentrada, no lo digo por las otras, de hecho el resto de ellas luce muy bien...pero lo más importante que tener un rostro lindo es tener la capacidad de razonar y decidir...el maquillaje es fácil de usar y conseguir; pensar,  ser capaz de decidir por ti mismo...eso no lo tiene cualquiera» luego de eso, los hombres empezaron a reírse de él, creyendo que estaba loco, un par de años se reencontró con uno de los que estuvo con él esa noche y preguntándole por los demás a lo que respondió
«Dimitry...está repartiendo periódicos por las calles de NY, su mujer le quitó todo su dinero y lo dejo, el pobre Pytor fue asesinado por su esposa, dejando a sus dos hijos sin un padre. Y por último Alexey está en la cárcel junto a su novia, luego de asesinar a un agente policial». El despidiéndose, se alejó con una moraleja muy clara.— Hice una pausa y agregué —entonces Amelia...¿Qué es lo que te preocupa?

Mirándome sonriente, como si yo fuese una maravilla, el paraíso o la criatura más bella del mundo. Me observaba con esos ojos cafés tan dulces y hermosos. Y con esa sonrisa sincera en sus labios... Yo amaba cuándo ella me miraba así.

El suave murmurar del mar de fondo, sus delicadas manos rodeando mi abdomen, las gotas del mar mojando constantemente nuestras piernas, dime...¿Qué más puedo pedir? Con esta chica lo tengo todo.

Amelia, una chica para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora