"Mi Amado Vampiro" |~°Rubegetta°~|

|~° Mi Amado Vampiro °~|

Narra Vegetta

Habían pasado unos días desde que ocurrió el accidente de Rubius, Fargan no lo dejaba solo, si Rubius tenía que ir a la tienda Fargan iba con él, si Rubius quería dar una vuelta en el pueblo Fargan iba con él, para toda acción que hacía el osito era acompañado del búho y cuando en raras ocaciones él no podía, mandaba a Willy.

-Vegetta, la poción estará lista muy pronto, nos faltan unos últimos toques de algunos materiales que Willy ya fue a conseguir y podremos terminarla- Aviso Thomas con una leve sonrisa

-Oh, gracias Thomas- Lo miré algo sorprendido, estaba tan perdido en mis pensamientos

-Algo te ocurre... ¿Quieres contarme?- El chico se sentó a mi lado y me observo

-Pues... Veras, Michelle es muy linda, es adorable, tierna, carismática... Pero Rubius... Es infantil, le gusta juguetear, es alegre, es gentil, es... Perfecto- Suspiré al final y cubrí mi rostro con mis manos

-A si que es eso... Pues mira Vegetta, realmente te recomiendo escuchar tu corazón, deja de pensar tanto y dejate llevar, que la vida solo la gozamos una vez- Thomas puso su mano en mi hombro y me dio una sonrisa en señal de apoyo

-Gracias Thomas, eso haré, dejaré de preocuparme tanto por el futuro y comenzaré a vivir en el presente- Le devolví la sonrisa y me levante rápidamente

Casi corrí hacia el salón para buscar a Rubius, pero no había nadie, así que decidí salir a buscarlo, tal vez habría salido a dar una vuelta. Mientras pasaba por las calles saludaba a las personas que pasaban por ahí, hasta que me tope con Michelle.

-¡Vegetta!- La tierna chica se acercó a mi, pero yo con mucha suavidad la aparte

-Michelle... Lo siento, eres hermosa pero estoy enamorado de alguien más- La mire, estaba levemente preocupado por su reacción, pero solo escuché una risa -¿Pero que...?- Dije confundido

-Ay Vegettita, es ese chico eh... Rubius, ¿Verdad?- Dijo con una sonrisa traviesa

-¿Cómo supiste que Rubius me gusta?- Pregunte atónito, el único que lo sabía era Willy

-Vegetta, soy una chica, note tu aura de preocupación y protección cuando te diste cuenta de que él no estaba en aquel día, y tu aura de tristeza cuando no te permitieron acercarte a él- Abrí mi boca, haciendo una perfecta "o" de sorpresa -Así que anda, tu hombre te espera, está comprando helado con Fargan- Dijo con una sonrisa mientras señalaba la calle donde estaba la heladería

Dejé un beso en su mejilla como muestra de gratitud y me apresure a llegar a la heladería, estaba prácticamente frente a la fuente central del pueblo.

A paso rápido me acerque y vi al oso y al búho desde el cristal, me acerque lentamente para poder entrar pero una enorme y fuerte explosión se escucho por todo el pueblo, los edificios se movieron y una corriente de aire me estremeció.

-¡Nos atacan! ¡Están atacandonos! ¡Explotaron el lado norte del muro!- Un guardia comenzó a gritar

Todo pasó tan deprisa, Fargan y Rubius se acercaron rápidamente a mi, no sabíamos que estaba pasando con exactitud.

-¿Cómo que nos atacan? ¡Eso no tiene sentido!- Fargan se notaba preocupado

-No lo se... Estoy aturdido- Mis oídos tenían un pitido, los gritos de la gente hacían más dolorosos mis pensamientos

-Joder... Hay que ir a ver que ocurrió y ayudarlos- Rubius sacó su espada del inventario

-De ninguna manera, tú y Fargan se van a la torre con Thomas, yo iré a ver que ocurrió- Dije mirandolos con seriedad, Rubius de inmediato negó -Osito, estás débil aún, solo harás que te maten si vas... Fargan, llevatelo por favor- Mire a mi amigo

Fargan tomó los brazos de Rubius y a rastras se lo llevó de ahí, corrí hacia el lado norte del muro, donde supuestamente había sido la explosión. Al llegar efectivamente, parte del muro y algunas casas estaban reventadas, había algo de fuego por ahí.

Los zombies se estaban colando a cantidades exageradas, no entendía de donde estaban saliendo tantos. Saque mi espada y comencé a combatir contra ellos, algunos guardias se me unieron y otros intentaban cerrar el enorme hueco del muro para evitar su paso.

-No podrán con nosotros... Mientras no acaben conmigo los zombies seguirán generándose- Una voz fuerte y grave se escucho, mire hacia uno de los techos

Un chico con ropa oscura y una máscara, parecía sonreír, pero una parte estaba rota.