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❝ Ningún otro mortal me
calentó demasiado, tan-
to como lo haces tú ❞
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📩 S e o k h u i
📩 Historia c o r t a.
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📩 AU! (F a n t a s y)
📢⚠I...
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Jun despertó por un resplandor golpeando en su rostro, gimió adormilado estirando los brazos.
Sonrió al sentir acaricias en su vientre levemente hinchado, SeokMin lo abrazaba desde atrás, empezando a dar picos en su nuca y después en el cuello.
—Buenos días, mi amor —Habló con voz ronca— ¿Cómo amaneció éste bebé?
—Con mucha hambre.
Compartieron besos húmedos por unos minutos más.
—Yo también tengo hambre, pero de ti.
—No, SeokMin —Jun le sonrió coqueto inconscientemente cuando los toques de SeokMin se hacían provocadores— Podemos despertar a SuMin.
—Entonces hay que procurar ser silenciosos.
Jun volteó en dirección al cunero que había hecho él mismo, ahí yacía sumida en un sueño profundo su pequeña hija que acababa de cumplir un año.
Tenía la intención de protestar pero la tentadora fricción que SeokMin generaba de la erección dura entre sus nalgas, le hizo cerrar los ojos. Un oleada de placer recorrió todo su cuerpo instantáneamente, maldijo en sus adentros, una parte de él odiaba ser tan sensible con SeokMin pero por otro lado le encantaba que fuera así.
SeokMin separó las mejillas una vez que Jun quedó sumergido en la sumisión, y cómo no iba hacerlo cuando pellizcos en sus pezones y acaricias en su hombría le eran proporcionados.
Antes de oprimir el miembro venoso en la celestial entrada del hombre angelical, lo tomó del mentón e hizo que le besara una vez más. Jun gimió a lo bajo cuando sintió a SeokMin entrar en él con dulzura, éste le tapó la boca y lo hizo callar.
— ¿Cómo llamaremos a éste pequeño de aquí? —SeokMin preguntó hincado frente el vientre, mientras Jun trataba de alcanzar unas manzanas.
—A mí me gusta DoKyeom.
— ¿DoKyeom? ¿Y sí vuelve a ser niña?
Negó con la cabeza sonriendo —Es niño, lo puedo sentir.
—Pero yo quiero que vuelva a ser niña —mencionó con un puchero, Jun le miró con amor.
—Podemos tener otro.
— ¿En serio? ¿Entonces qué estamos esperando?
SeokMin se abalanzó a Jun, lo cargó en forma de princesa y repartió besos por todo su rostro haciendo reír a la ninfa. Dejando que la cesta llena de frutos cayera al césped.
—Primero dejar que nazca el bebé.
—No puedo. Te amo tanto que es irresistible.
—Yo también te amo —Rió.
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