chapter twenty

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SUS OJOS OBSERVARON A POLO CON DULZURA, el ojiazul había dormido en su casa luego de la fiesta de Valerio y en ese momento se hallaban en la isla de la cocina sentados esperando a que la madre de Olivia terminara de preparar el café

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SUS OJOS OBSERVARON A POLO CON DULZURA, el ojiazul había dormido en su casa luego de la fiesta de Valerio y en ese momento se hallaban en la isla de la cocina sentados esperando a que la madre de Olivia terminara de preparar el café. El español hablaba con la madre de la muchacha de un tema que a la muchacha no le parecía demasiado interesante, lo que si le parecía sumamente interesante era ver como Polo se entusiasmaba cada vez que hablaba de algo que en verdad le gustaba y no pudo evitar quedarse mirándolo con una pequeña sonrisa en sus labios rosados y sus ojos brillando con cariño.

— Olivia ¿quieres una servilleta hija? —la muchacha frunció el ceño, dejando de ver a Polo para mirar a uno de sus padres que tomaba asiento junto a ella con un periódico entre sus manos.— Para la baba, cariño vas a ojear al pobre Polo si sigues mirándolo Oli. —susurró cerca de ella divertido, para entregarle una servilleta.

Olivia colocó sus ojos en blanco con diversión, dándole un ligero golpe en el brazo a su padre.— Que gracioso, ¿acaso desayunaste un payaso?

La muchacha tomó una medialuna que había en una bandeja en el medio de la isla suspirando al sentir el sabor dulce en su boca. Sonrió cuando su madre dejó una taza con café frente a ella y otra frente a su padre y Polo.

— ¿Qué dices Oli? —la latina dejó de observar al español para mirar a su madre con confusión, sintiendo que sus mejillas se sonrojaban ligeramente.

— Eh, ¿que digo de qué? —arrugó su nariz ligeramente, no había escuchado nada de lo que su madre había dicho por el simple hecho de estar demasiado ocupada, perdida en esos ojos azules como el océano que Polo portaba. El muchacho alzó una ceja con diversión mientras su padre a un lado soltaba una carcajada, Olivia de forma disimulada lo golpeó con su pierna por debajo de la mesa haciendo que el mayor soltara un quejido.

— Vamos Oli, tu madre está esperando que respondas. —sonrió hacia su hija, el golpe le había dolido pero valía la pena si luego podría burlarse de ella.

— Yo, eh...

— Buenos días familia. —la morena giró su rostro observando a Andrés Guerrera que acababa de entrar a la cocina con una sonrisa en sus labios. Ya llevaba un traje y tenía su teléfono en su mano, lo que le confirmó a Olivia que su padre saldría hacia su trabajo en tan sólo minutos.

LATIN BLOOD - ELITE [descontinuada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora