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Disculpen los errores.

—Con la extensa explicación sobre la teoría de la relatividad, que espero les haya quedado claro. Doy por finalizada la clase con un pequeño receso de cuatro minutos.—hablo la profesora frente a los alumnos que suspiraron con alivio y felicidad de haber escuchado lo que la mujer dijo, en cambio, está solo se acercó a su escritorio tomando algunas hojas, miro al frente con una sonrisa burlesca.—Pero... ya que hay tiempo suficiente, aprovecharé para comentarles sobre el viaje escolar que la escuela organiza  a mitad de ciclo escolar.

Los alumnos exclamaron con diferentes abucheos bajos de desaprobación, ninguno con objetivo de ofender a la profesora, solo con el fin de hacerle saber su disgusto de haberles quitado sus cuatro minutos de descanso.

—Como saben esto se organiza cada año. Y como en cada uno de los viajes, hay una mejora—todos guardaron silencio y escucharon atentos.—Este año se hará una visita a isla Jeju, exclusivamente para los alumnos de último año, ya que es su último año en la institución. Así que, como de costumbre, solo necesitan llenar la hoja del permiso, firmada por sus padres que autorizan si irán, y si no es así tienen que hacérmelo saber.

—¿Irás? —la voy de su compañero a su lado pregunto. Lentamente alzó la cabeza de sus brazos que estaban apoyados en el escritorio.

—Tal vez. —respondió con voz queda encogiéndose de hombros.

—Si soy sincero, no halló algún objetivo a estos viajes, lo mismo de siempre. Las caminatas largas, las actividades tontas y tener alguna razón para burlarte de los demás.

—Supongo lo hacen para que exista una buena convivencia.—comento, cerrando los ojos por un momento y apoyando nuevamente su cabeza en sus brazos no aguantando más el mantenerla arriba.

—“Una convivencia forzada”—corrigió. —Jamás he visto que alguien regrese más unido. Bueno, es el último año, no queda más que disfrutar de los últimos días junto a los queridos compañeros. ¿No es así? —pregunto mirando a su lado y frunciendo el ceño con desconcierto cuando vio al castaño nuevamente recostado y quizás dormido sobre sus brazos sin ponerle atención.—¿Tuviste una mala noche?... Beomgyu.

El mencionado salto en su lugar ante el llamado un poco alto de su compañero gritando su cabeza para mirarlo y luchando por mantener sus ojos abiertos.

—¿Te sientes bien? —pregunto el chico con preocupación.—Tu cara está algo roja... y apenas puedes abrir tus ojos. ¿Estás bien?—volvio a preguntar.

¿Estaba bien?

Físicamente, podía que no estarlo. Sus ojos pesaban demasiado, su cabeza dolía y apenas podía soportar escuchar la voz de Jisung, tenía algo de calor.

—Deberías ir a la enfermería. —dijo el chico cuando no tuvo respuesta.

Asintió unas cuantas veces, antes de pararse de su lugar para dirigirse a la enfermería cuando el timbre del descanso se escucho.

—¿Puedes ir solo?

—Si, no te preocupes. —hizo un gesto, moviendo su mano restándole importancia.

—Ve directo a la enfermería. —asintió por última vez antes de salir del aula en dirección a la enfermería.


[...]

—Gyu. —una voz suave llegó a su oídos, lentamente abrió los ojos y acostumbro si vista a la poca luz del sol proveniente del exterior. Sintió algo húmedo en su frente y eso le interrumpió en su acción de girar la cabeza hacia la dueña de aquella voz.—No te muevas demasiado. —hablo nuevamente la chica, acercó una de sus pequeñas y delgadas manos a su frente.—Perece que ya no tienes fiebre, quitaré la toalla. —aviso.

길. [Soogyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora