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La familia de Frences va todos los domingos a la iglesia, sin excepción. Su madre, estrictamente de vestido y tacones bajos. Su padre, con un pantalón elegante y camisa sin saco. Los gemelos Richard y Robbie, combinados a la perfección con shorts que ya no deberían usar teniendo diez años. Ella, con su cárdigan malva, camiseta blanca, pantalones blancos y zapatillas doradas.

Odiaba vestir de ese modo, pero podría soportarlo si no fuera por tener que rezar en una iglesia llena de personas superficiales. Era un católica real, creía en Dios y encontraba paz en sus oraciones, pero no creía en que la mitad de las personas en la enorme iglesia pensaran así.

En algún momento, quizá cuando vio a una señora chismosear con otra sobre la ropa que una joven usaba, sintió nauseas. Tuvo que excusarse y salir del lugar, y puso sus manos en sus rodillas, intentando no vomitar.

—¿Todo bien? —preguntó alguien a sus espaldas. Frences cerró los ojos con fuerza, avergonzada y se volvió.

Nada la había preparado para encontrarse a Ashton Irwin en la iglesia, o bueno, más bien fuera de ella. Intentó parecer serena, y tenía que admitir que fingió una ligera timidez para no parecer atrevida.

—Uh, sí, por supuesto. Qué tonta soy, quiero decir, salir en medio del credo no es...

—Ey, ey, para —él la interrumpió, riéndose. Levantó sus manos y entre su dedo índice y medio había un cigarrillo encendido—. Si estuviera aquí para leer el credo, ¿estaría haciendo esto?

Frences sonrió en entendimiento.

—¿Quién te obligó a venir?

—Mi madre y mi padre están dentro —dijo él, inhalando un poco y luego desechando el cigarrillo. Lo aplastó con la suela de sus botas. Frences asintió.

—Esa cosa te dará cáncer.

Él sonrió.

—Solo fumo fuera de la iglesia. Llámalo "irrespeto a la autoridad", pero solo sucede una vez a la semana.

Frences le frunció el ceño.

—¿Tu único motivo es que te vean fumar fuera de la iglesia? Eso es algo muy superficial —Frences estaba siendo honesta, pero sonreía, porque la voz de Ashton era muy bella.

—En realidad solo quiero fumar fuera de la iglesia. Si no hubiese nadie, fumaría igual. Es el lugar, no la gente.

Ambos sonrieron entonces. Frences sonreía porque Ashton estaba resultando ser profundo, y porque sus manos sudaban por estar hablando con él.

Y, por su parte, Ashton sonreía, porque sabía que iba a hacer luego de esta conversación.

La primera vez que Ashton y Frences escaparon juntos fue ese día en la iglesia. Frences accedió a entrar al auto de Ashton, y partieron hacia una heladería. Ahí, Ashton descubrió que el helado favorito de Frences era el sabor Zuppa Inglese, y ella seguramente no se sorprendió porque él escogiera pura y simple vainilla.

Frences era hermosa, probablemente no su tipo, pero lo era. Su cabello estaba despeinándose alrededor de su frente y tenía bonitas manos. Hablaba despacio, también, y era bastante simpática.

La había visto un par de veces, pero nunca imaginó que luego de fumar frente a ella en la iglesia, accedería ir a una cita con él. Era popular, solicitada y famosa por sus habilidades académicas. Para ella, él debía ser algo así como un chico malo.

Aunque solo le contara chistes y ella solo riera.

—Mis amigos me matarían si me vieran —dijo ella, y Ashton supo que la popularidad se tomaba en serio para gente como ella—, pero la estoy pasando tan bien que no me importa, ¿sabes?

Ashton se sintió particularmente bien con eso.

—Mis amigos no creerían que estoy aquí, de ninguna forma.

—¿Sales mucho con ellos? El chico de cabello de colores parece bastante gracioso —dijo ella, y luego se quedó callada, claramente petrificada por sus propias palabras.

Ella sabía que Ashton estaba preguntándose cómo sabía de sus amigos, pero él solo rió y asintió, no queriendo incomodarla.

—Es la persona más sarcástica del mundo. Oh, y no se separa de Mercy, como si estuviesen pegados. Juntos son un desastre.

Frences sonrió, llevándose más helado a la boca. Bonitos labios.

—Luke y Calum son algo diferente. Cal es mi mejor amigo. No es asiático.

Eso hizo que Frences se echara a reír y casi se ahogara en el proceso. Hasta el momento, vaya que se había equivocado sobre Ashton: era simpático, reía de sus propios chistes y sus hoyuelos eran simplemente adorables. No era un chico rudo, como podría parecer. Era más bien dulce.

Y se sentía perturbadoramente cómoda con él.

LAKSJDALSKDJALSKJAD

lo prometido es deuda, no subí ayer porque me quedé dormida jajajajasj

PD: ven que ashton fuma pero no siempre? que bebé hermoso

xx.

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