Cuidado con el matrimonio Sterlig-Beckett

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Ella era una nueva agente, novata en muchos sentidos. La emoción carcomia su ser en todo momento al pasearse por las hermosas instalaciones de la gran Agencia. Era indescriptible la felicidad con la recibía su primer día de trabajo. Y para mayor satisfacción era la mismísima Marcy Kappel quién la guiaria hasta la estación que ahora le pertenecía al ser ya parte del enorme grupo de personas que salvan al mundo casi a diario.

Su sonrisa no podía ser ocultada. Todo el mundo la saludaba y le daba una calida bienvenida a la Agencia. Era tremendamente acogedor el ambiente.

Marcy daba indicaciones de lo que se debe y que no se debe de hacer. Resaltando sobre todo su codigo ético ahora como agente. La chica nueva solo asentía prestando la debida atención a su Jefa. Hasta que hubo un punto de mucho silencio. Marcy solo daba suspiros de vez en cuando, mientras su cara pasaba de ser amable a una enojada y hasta cierto punto preocupada. La novata se preguntaba por qué, y estaba a punto de hablar cuando la agente veterana hablo con una muy firme voz.

- Escucha. Ana, se que todo es maravilloso aquí, pero no olvides que nosotros trabajamos para mantener al mundo seguro. Y eso tiene sus responsabilidades y reglas que seguir. Y hay reglas que no puedes romper:

1° Alta fidelidad a la Agencia
2° Cumplir con las ordenes encomendadas por tus superiores sin inportar el costo
3° Todo dato de la Agencia no existe fuera de ella.

Y por último pero no menos importante. La regla 4.

Mantente lejos del matrimonio Sterling-Beckett y si no puedes hacerlo, mantenlos felices o el mundo podría pagar las consecuencias.

Todo estaba bien. Pero la ultima regla no la entendía. ¿Mantenerse lejos de un matrimonio? ¿Por qué? ¿Acaso los agentes lo tenían prohibido? Estaba a punto de cuestionar sus dudas más la agente veterana volvio a tomar la palabra.

- Sí, ya se, es absurda la última regla, pero creeme. El mundo puede ser destruido por ellos dos-Menciono Marcy con claro enfado.

-Amm...y ¿Cómo puede suceder eso exactamente?-Cuistiono por fin la novata.

-Te contaré el por qué no debes confiarte de ellos dos.

._._._._._.

Era una tranquila noche despejada. No hacía frío ni calor. La temperatura era perfecta. Las luces de aquella gran casa a las afueras de la ciudad eran tenues, no lastimaban la vista. Los animales nocturnos salían a comer con normalidad, más unos gritos agudos provenientes de aquella casa no se hicieron esperar.

-¡Basta Lance! ¡Dame mi reloj! ¡Se que tu lo tienes, Ojos me lo dijo!-Exigia un hermoso castaño apuntando con claro enfado a su esposo.

-¿Qué? ¡Yo no tengo nada! ¡Ella claramente miente!-Respondio ofendido el mayor. Sentandose en aquel gran sillon rojo de la sala.

-Devuelvelo Lance, ¡La nueva temporada de Corazones en Seúl esta por comenzar! ¡Y yo no me quedare sin verla! ¿Me escuchaste?

La situación ya rayaba en lo absurdo, y fue escalando a mayores hasta un punto en el que no hubo retorno.

-No Lance... Escucha, deja a Unity, y yo devolveré el control de tu querido carro...¿Es un trato?

Lance tenia entre sus manos aquel peluche de unicornio que tanto amaba su esposo. Apuntando amenazadoramente con unas filosas tijeras.

- Oh jo, jo, jo. ¿Ahora el terrorista quiere negociar? Tu que dices Unity-Pregunto al lindo muñeco acercandolo a su oído-¿Cómo? ¿Qué quieres morir? Con gusto amigo-Menciono atacando al poble Unity cortandolo justo a la mitad.

La Vie En Rose (Lance X Walter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora