Yoo Jeongyeon tiene una única tarea, hacer que engreído, irritante y antipático Park Jimin se fije en ella, no sabe cómo hacerlo. Ella definitivamente no lo soporta, o al menos eso cree.
Park Jimin no tolera a la pesada, nada agraciada e insoporta...
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¡Demonios!
Creo que me he enamorado de verdad.
¡Mierda!
No, no, no y no. La he cagado en grande y creo que ya no puedo arreglarlo, en el momento en el que los labios de Jimin tocaron los míos lo supe, supe que todo este sentimiento que tengo hacia él no es un simple gustar, realmente me enamoré. Hasta podría decir que lo amo.
El señor del auto me pregunta algo, pero no estoy concentrada por lo que no logro entender lo que me dijo.
- ¿Perdón?
- Le puse el aire acondicionado porque está sudando señorita – repite con cordialidad.
- ¡Muchas gracias señor! – es muy considerado de su parte, no había notado que estaba sudando. Tal vez sea por la adrenalina del momento.
- ¡No hay de qué!
- ¿Le puedo pedir que me lleve a otra dirección? – pregunto.
- Sí, creo que no habría inconveniente – responde un poco dubitativo, seguro Jimin le dio explicitas instrucciones de llevarme a mi dormitorio nuevamente.
- ¡Qué bueno! – exclamo aliviada
- ¿Dónde quiere ir señorita? – pregunta con una sonrisa.
Le paso la dirección esperando a que resulte en algo positivo.
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Al llegar al dormitorio de las chicas de Red Velvet agradezco al señor, él pregunta si quiere que me espere para llevarme a casa después de que termine, pero yo solamente le digo que no es necesario y que ya puede retirarse.
Toco y Sooyoung abre la puerta, tiene el pelo hecho un nido de pajaros y lleva puesto mascarilla en el rostro.
- ¡Hola Jeongyeon! – saluda sorprendida al verme.
- ¡Hola Sooyoung! – saludo, esperando a que me invite a pasar.
- Pasa, perdón estoy algo cansada y la verdad no sé dónde tengo la cabeza – me da paso para entrar.
