-No he estado enferma-dije entre dientes, mis ojos cerrándose mientras mi feminidad palpitaba. Maldición, podría correrme solamente con la voz de Alfonso-
- No, solamente intentando correrte-dijo el perezosamente- yo te ayudaría, todo lo que tienes que hacer es pedirlo, pídelo pídelo...
-En tus sueños-estremecí mientras las palabras salían de mi boca. Maldito, el me ponía a la defensiva mas rápido que cualquiera que yo conociese-
- Parecería que en en los tuyos también-dijo el, de pronto su voz sin burla- se como suenas excitada Any, no ententes mentirme. Déjame oírte, tócate para mi- sentí mi aliento estrangularse en mi garganta-
- Eres pervertido Alfonso-luche por mi propio control ante el sonido de aquella voz atractiva- ¿no es ilegal el sexo telefónico?
- Estoy seguro que la mayor parte de lo que quiero hacer contigo podría ser llamado ilegal-rio silenciosamente- conversemos sobre ello, Any dime ¿que es lo que estas haciendo?
- Nada te eh dicho-aprete mis dientes por la mentira-
- No mientas Any ¿estabas pensando en mi? ¿en cuanto te deseo?- el susurro las palabras acaloradamente-
-¡No!-apreté el receptor en mi mano, sacudiendo mi cabeza a pesar del hecho que mis dedos habían vuelto de pronto a mi pulsante feminidad-
- Me gustaría verte en mi cama, Anahi... Tus piernas extendidas, mis manos tocándote-le dijo-
- Dios, Alfonso...-jadee- Estamos en el teléfono. esto es indecente
-¿que estabas haciendo antes que yo te llamara pequeña Any?-su voz era oscura, caliente- se que te estabas tocando; Conozco el sonido de tu voz cuando estas lista para correrte nena
- No-intente negar la verdad obvia, pero no pude impedir que mi aliento se me atascara-
-¿Estas cerca nena?-su voz se hizo mas profunda- si yo estuviera allí, te haría gritar por eso. Llegarías para mi Any, córrete para mi ahora nena. Déjame oírte-su voz era tan profunda, tan sensual y excitada que hizo que mi matriz se contrajera casi dolorosamente. Mi cuerpo inclinado se doblo, mi respiración cercana al sollozo. El me trajo todos mis deseos mas oscuros, mis fantasías mas profundas a la vanguardia de mi mente. Eso me aterrorizaba-
-Alfonso-susurre su nombre, queriendo negarlo-
Estaba tan caliente que apenas podía soportarlo. Tan caliente que estaba a punto de gritar mi alivio
- Me estoy desesperando anahi, escuchándote, deseando estar ahí contigo- sus palabras hicieron que jadeara mas-
- No- sacudí mi cabeza- no puedo hacer esto- exclame mientras podía soportar otro suspiro mas-
- Maldición Anahi, quiero tenerte en mi cama-gruño el, con su voz dura- córrete para mi, maldición. Al menos déjame oír lo que no puedo tener, gime dul, dame eso-
mi orgasmo corrió a través mio. Me estremecí, gimotee, mi cuerpo rígido al punto de dolor antes de que sintiera mi feminidad explotar
- Ah dios, Alfonso-grite su nombre, luego de mi dura exclamación de placer, sabia que el estaba escuchando, supo que mi clímax había llegado-
- Any-gimió el- Maldición, cuando consiga agarrarte te haré mía hasta que no puedas caminar-temblé ante la promesa erótica de su voz, la sensualidad oscura que me aterrorizaba, me hizo querer darle todo lo que el quisiera-
- No-susurre, luchando por conservar el aliento, luchando por conservar la cordura- te pedi que te mantuvieras alejado-
se produjo un silencio sobre la linea
-¿Mantenerme alejado?-me pregunto el con cuidado- no lo creo nena, he estado lejos demasiado tiempo. Eres mía Anahi, y voy a demostrártelo, toda mía... Mía de cada manera posible, y antes me condenare que dejarte que sigas negandolo
al escuchar esas palabras que venían de su excitada y ronca voz me dispuse al colgar el teléfono y me dirigí a irme de una buena vez a la casa de mi padre