Capitulo 2

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Era un viernes cualquiera en la casa de escorpión y nuestro querido bicho frenzionado se encontraba sacando sus cosas de manicura, lo se muy gay, pero todos aquí lo son.

-¿Era necesario decir que fui frenzionado por Camus otra vez?-pregunto el peli-azul a la narradora.

Si lo es, bueno volviendo a la narración, la razón por la cual sacaba sus artículos de manicura es por que cada viernes Shoko iba con él a que le hicieran una, ya que siempre les quedaban divinas la uñas, yo soy prueba de ello le quedan espectaculares.

-Ya llegue-dijo la saintia entrando a la casa de su amigo.

-Hola Shoko ¿Como te ha ido en el santuario?-preguntó mientras se sentaba en el sillón de la sala.

-Bueno todo muy calmado-dice sentándose al lado de él.

Y así comenzaron  a cotorrear contando los chismes que había en el santuario, también como les iba con sus amistades, además que estaban planeando salir para ir al pueblo.

Hasta que la menor decidió poner en marcha la fase uno de su plan.

-Y dime Milo ¿Como va todo con Camus?-preguntó con fingida inocencia.

-¡Como una mierda! Volví a ser rechazado otra vez por el, estoy harto que siempre sea lo mismo ni siquiera sé si somos algo o yo me imagino cosas, por que el el dia anterior no se separo de mi ningún momento y yo decía "Ahuevo ya chingue" a pero hoy "No tengo tiempo para ti bicho imbécil"-Decía mientras que imitaba la voz de Camus en la última frase.

-¿Y no crees que es tiempo de que tu seas el difícil?-sugirió la chica mientras que el mayor la miraba con cara de perdido-Mira me he dado cuenta que tu eres el que siempre empieza todo, eres el cariñoso y meloso, creo que es tiempo que él te persiga a ti-.

-¿Y como hago eso?-.

-Fácil, actúa a lo contrario que haces cuando estas con Camus-.

-No creo que….-.

Pero su conversación fue interrumpida por la llegada de una persona no muy grata a la vista además que su sola presencia molesta a todos.

-¿Puedes ser más evidente que me odias?-decía Camus a la narradora.

Ya es broma, sabes que te quiero Camil, volviendo a empezar, su conversación fue interrumpida por el caballero de acuario, que fue hacia ambos para poder hablar con el dueño del templo.

-Milo ocupo que me acompañes a acuario-dijo con su típica frialdad.

-¿Para qué o qué?-preguntó Milo confundido.

-En acuario te lo explicare ahora vamos-.

El peli-azul miro a su amiga la cual con la miraba le rogaba para que siguiera su consejo, luego miró a su amor de la infancia y volvió a ver a la chica, tomó una gran bocada de aire tomando una decisión.

-Losiento no puedo-dijo para volver a centrar su concentración a las uñas de la saintia.

-¿Qué?-dijo sorprendido mientras que Shoko lo miraba igual de sorprendida que él, no esperaba que tomara su consejo tan rápido le tenía poca fe al griego.

-Estoy ocupado con Shoko ahora, cuando termine iré a acuario ayudarte-.

El francés no dijo nada solo tenia la cara de shockeado mas grande el mundo, jajaja se veia bien pendejo, el escorpión se sintió incómodo con la mirada que le dedicaba su compañero asi que decidio hablarle.

-Camus, ¿Podrías marcharte por favor? Me estaba desconcentrando-dijo intentando ser lo más amable del mundo.

Sin decir nada el caballero del onceavo templo se fue, Milo miró a su amiga y esta le sonrió mientras levantaba el pulgar en señal de aprobación.

Las Saintias FugoshisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora