Adulto siendo un niño

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Año 1670, en la era Edo, vivía un niño con su padre y su discriminada madre en una gran casa ya que el hombre tenía bastante dinero y podían permitirse el lujo de tener una casa como esa. El niño, era feliz, hasta que su padre, a los 10 años, le llevó a un gran campo de arroz y una pequeña casa en la cual debería adaptarse y vivir él solo. Su padre le llevó a 3 horas de su casa donde él no supiera volver. Por sus métodos, el niño aprendió a cultivar y cosechar su propio arroz para venderlo y ganarse la vida. Se pasó dos largos y duros veranos.

A los doce años, cuando iba a comprar, por ejemplo, escuchaba cosas o pensamientos de la gente que esa misma gente no decía en voz alta, como excusa, pensaba que era porque dormía poco o porque hacía mucha calor.

El día 25/7/1684, un grupo de samuráis de la realeza le fueron a visitar ya que el emperador, quería conocerle en persona. Él, nervioso, aceptó sin problemas, pero lo que no sabía, es que aunque se opusiera, tendría que ir a visitarle ya que el emperador, Ching-soo Irame, quería experimentar con él y hacerle pruebas.

Actualmente me encuentro en mi casa con los samuráis afuera. Solo puedo salir acompañado y si es para hacer algo importante, como cosechar el arroz o ir a comprar, por eso, cada día me aburro más. Tengo una katana que me dió mi padre, es de mis antepasados, o eso decía él. Cada día desenvaino la katana mil veces hasta que dejo de sentir los brazos, para cuando los dejo de notar, duermo un poco. Cada día hago ejercicio en casa, empiezo con 200 sentadillas, 150 flexiones y 150 abdominales. Antes, solo llegaba a las 20 de cada y 10 sentadillas, pero me he ido acostumbrando al esfuerzo y ahora mantengo un buen físico. Lo malo es que solo como arroz con algunas verduras ya que no tengo acceso a la carne fácilmente. A pesar de que mi padre es de la nobleza y tiene dinero, no puedo conseguir carne para comer. Bebo agua del río que la filtro con un pequeño invento que me enseñó un anciano que pasaba por aquí hace un par de años.

Me he intentado escapar de casa sin que los samuráis se enteraran ya que lo que me hacía el emperador, me dejaba sin dormir por las noches, pero siempre me han cogido y me han apalizado varias veces para que no lo volviera a hacer.

- Algún dia me dejaréis ir..? - Estaba preocupado.

- Cállate enano!

- S-si!

Esta era una de las pocas conversaciones que teníamos, y para ser sincero, creo que eran demasiado duros conmigo ya que nunca les hice nada.

13/7/1686

Es viernes, dicen que es el día de la mala suerte, aunque no pasa nada raro en especial como para que sea un día de mala suerte, creo.

Eran las 23:30 y estaba por irme a dormir, me tapé con mis sabanas tumbado en el suelo y cerré los ojos.

Cinco minutos después vino una samurái y se arrodilló para susurrarme:

(??????)- Eres Hiroki?

No sabía qué responder.

(Ken)- S-Si, quien eres..? - Estoy asustado...

(Miyuki)- Soy Miyuki, encantada. Vengo a sacarte de aquí.

(Ken)- A sacarme de aquí..? C-cómo..?

Se quitó la máscara que le cubría toda la cara. Era toda blanca con unos ojos totalmente negros y unas cejas muy curvadas. La máscara daba miedo.

(Miyuki)- Tranquilo, somos 11 más.

Se encendieron las velas de mi casa y rapidamente se apagaron, apareciendo 11 samuráis más rodeándome, repartidos en mi habitación. Había incluso uno colgando del techo.

(Miyuki)- Somos los 14 Yoru no Akuma.

(Ken)- Y-Yoru... no Akuma...?

Iba a gritar para que los guardias reales me vinieran a ayudar, pero pensé que iba a pasarlo mejor, aunque solo fuera un poco. Quizás si me quedara aquí seguiría pasándolo como siempre...

(Ken)- T-tu eres.... - Miré a un samurái muy famoso en nuestro pueblo - Ame...?

(Ame)- Hhhh.

Supongo que eso era un sí. Estaba asustado ya que había samuráis que escuché hablar de ellos, pero no precisamente bien. Mi padre, cuando era un crío me contó que habían doce demonios que tenían poderes y mataban a la gente, y allí estaban, los doce delante mío.

Un tio que aparentaba treinta y muchos y que tiene muy mal humor me miró mal. Me asusté muchísimo.

(Kenzei)- A ver, imbécil, te levantas o qué..?

(Ken)- ¡¡¡SI, SEÑOR!!! - Me levanté de golpe poniendo mi mano en frente como un militar.

(Kenzei)- Este crío es imbécil. - Su cara daba miedo.

(Miyuki)- Déjale - Dijo la chica de antes. - En fin, ven, te salvaremos.

(Ken)- Salvarme...?

Estaba confundido y asustado, aunque la chica parecía tener buenas intenciones.

Cogí mi kimono, una camiseta larga, unos pantalones muy grandes y me vestí.

(Ken)- Y... a dónde iremos..?

(Kenzei)- Que pesado es este crío..

(Miyuki)- Hashibara, cállate un rato, anda.

(Kenzei)- Hmf.

(Este tio sonreirá alguna vez..?) - Pensé.

(Miyuki)- Te llevaremos al sitio donde vivimos.

Iba a preguntar una cosa pero llegamos a la puerta de mi casa y se pusieron todos pegados a la pared en línea y sin hacer nada de ruido. El gruñón me empujó hacia afuera y los samuráis me apuntaron con sus lanzas:

(????)- Qué coño haces a estas horas afuera?!

(????)- No querrás que te apalicemos, verdad..?

Me asusté mucho y salí corriendo hacia mi casa.

Los guardias me persiguieron pero veinte shurikens salieron de mi puerta y mataron a esos dos samuráis.

(Togu) - Paso libre - Dijo flojo un chico enmascarado.

(Ken)- Los habéis... matado..?

(Kenzei)- Sí.

El gruñón esta vez se rió de mi al verme asustado.

(Kenzei)- Acostúmbrate niñito.

No contesté y les seguí.

(????)- Ken?!

Cuatro samuráis más vinieron corriendo pero al ver a los otros dos samuráis muertos y a los Demonios huyeron gritando de terror.

(Kenzei)- Escandalosos..- Sacó una larga y afilada katana y a uno le cortó por la mitad, al otro le cortó la cabeza y a los otros dos les apuñalo y tiró la katana hacia arriba. Se manchó entero de sangre. - Listo, sigamos.

(Miyuki)- Sí.

Pasaron unos 20 minutos y llegamos a una cueva realmente grande. Sólo la entrada, era como 30 yos. Tampoco estaba muy lejos de mi casa, pero nunca habia visto esto aquí, a pesar de que mi campo de arroz fuera muy grande.

(Miyuki)- Ken! - Sonrió.

(Ken)- Si...?

(Miyuki)- Bienvenido a los Yoru no Akuma!

Ken!クーデター (Ken! Golpe de estado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora