Capítulo 20

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PASIÓN •Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, se manifiesta como amor, celos, ira o deseo sexual

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PASIÓN •Sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, se manifiesta como amor, celos, ira o deseo sexual.

Iba a darle la noticia a su mejor amiga. Y no cualquier noticia. Estaba embarazada, eso si la inseminación había dado resultado.

Bueno, con ese hombre ahí y la desaparición de Julls, no le pareció el momento apropiado. Clara estaba muy nerviosa y por unos minutos se sintió mal por tener que marcharse, pero entonces recordó lo dichosa, ansiosa y feliz que estaba y le dieron ganas de guardar la noticia. Se lo diría luego, cuando Clara estuviera más calmada.

Así que en vez de contarle que venía del hospital, se fue. No le diría a nadie por el momento. Nada estropearía su estado de Nirvana.

Inseminarse intrauterinamente es más rápido de lo que imaginó. Elproceso no tardó más de veinte minutos, aunque la verdad es que se pusonerviosa cuando la doctora colocó el catéter en su vagina. La sensación fuesimilar a lo que se experimenta durante una citología de rutina, pero esta vezmiles de espermatozoides saludables nadaron hasta su útero. La doctora dijo quedebía esperar dos semanas para hacerse una prueba casera, pero ella ya sesentía diferente. Quería sujetarse a cualquier hilo de esperanza. 

🖤

De: Léa Tamayo

¿Llegaste? Ve al gimnasio y da la puta clase. ¡Te comprometiste! 

Por supuesto que había llegado. De por sí, su clase había empezado hace diez minutos. Si Léa fuera una hermana diferente se habría acercado por lo menos a saludarla, pero Natalia no esperaba nada, le dolería otra vez luego de haber cortado todo tipo de vínculo con ella.

Hizo un estiramiento y miró hacia la puerta, un tipo se encontraba apoyado contra el marco, chaqueta de cuero en mano, mirándola. Las luces del gimnasio iluminaban sus ojos claros y la forma en que su boca se curvó hacia arriba en una sonrisa intensa y retorcida hizo que fuera fácil para Tali recordar de dónde lo conocía. El hombre se sujetó con la mano libre la entrepierna, revelando aún más lo cretino que era, o tal vez pervertido. Como sea, una ola de extraño calor la atravesó.

Estuvo molesta e incómoda durante la clase, esa fue la primera vez que no conectó con lo que le gustaba hacer. Y lo culpó a él, aunque sabía que si ella fuera hombre también observaría a un poco de mujeres con ropa sumamente ajustada haciendo posturas sensuales; es que definitivamente el yoga era un ejercicio completo, pero a la vez un sexi colirio para quien lo ve.

Durante todo el rato no pudo concentrarse, tenía miedo de no lograr el equilibrio y caer, o peor aún, de estimular su mente. Como sucedió. Él paseaba sus ojos descarados por el gimnasio, como eligiendo... o como si se preparara para arrastrar a alguien a la cama.

De pronto, detuvo sus orbes en ella, Tali no esperaba que lo hiciera y lo cierto es que el hecho la alteró. El repaso tan intenso la hizo ruborizar, fue como si su cuerpo despertara a muchas sensaciones, incluyendo el valor, ¡porque qué demonios!, conocía sus límites y capacidades, no evitaría ciertas flexiones por vergüenza o porque él no dejara de observarla. Así que con seguridad comenzó a moverse de forma más natural y espontánea.

Lo que queda de mi alma ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora